Desde 2000 hasta 2010, Argentina perdió más del 60% de sus empresas cooperativas agropecuarias. Esta situación motivó diversas acciones desde la Fundación Humberto Volando, dedicada al cooperativismo en el sector. Una de esas iniciativas tuvo lugar este viernes en la UNVM, con el seminario intensivo en Cooperativismo Agropecuario.
Con el apoyo del Instituto AP de Ciencias Básicas y Aplicadas, se llevó a cabo esta propuesta en el Campus de la casa de altos estudios local. Allí, y ante un auditorio vinculado al sector, expuso Miguel Angel Busquet, con una amplia trayectoria de estudios en el tema. Haciendo énfasis en el descenso de cooperativas señalado al comienzo de esta nota, el disertante expresó que tal situación se da en unos años en los que “en términos generales, la política nacional ha favorecido al sector cooperativo. Entonces, hay un problema más profundo que es independiente de las políticas económicas”.
En su opinión, los cooperativistas pierden de vista el fin de lucro de su actividad: “Olvidan que (las cooperativas) están creadas para satisfacer necesidades económicas del productor, en primer lugar, y en segundo término, de la comunidad”. No tener esto presente redunda, de acuerdo a Busquet, en una falta de retornos en efectivo y capitalizaciones de los cooperativistas, con la consecuente falta de sentido de pertenencia.
“Entonces, el asociado simplemente toma a la cooperativa como un diferencial de precios en términos generales, y no como que es su propia empresa donde tiene que entregar la producción para obtener un mejor valor”, afirmó.
Para emprender
Por otra parte, Busquet también se refirió al desafío que supone para muchos de estos actores de la economía social el agregado de valor. El experto enfatizó que antes de iniciar el proceso de agregado de valor en cualquiera de sus formas, es preciso hacer un análisis de la cooperativa para determinar si el momento es el indicado.
“En ese aspecto nosotros decimos que se tiene que tender a eso, pero previamente hay que fortalecer la cooperativa en el plano de capacitación, conducción, producir el cambio generacional, mejorar las formas de comunicación. Y recién ahí plantearse el agregado de valor”, explicó.
En tal sentido, subrayó que las cooperativas deben recurrir para esto a su entorno. “La principal carencia que tienen los consejos de conducción y sindicaturas es la falta de conocimientos técnicos para comprender los problemas y para interpretarlos, analizarlos y tomar decisiones. Entonces, lo que se necesita básicamente es una capacitación de tipo técnico: saber interpretar un balance, la información que se le brinda, cómo se analizan resultados”, postuló.
Finalmente, el experto concluyó: “Hace falta capacitación en la gestión, porque la gente mayor que tenemos en la conducción es gente comprometida con el ideario cooperativo, pero lamentablemente les faltan los conocimientos técnicos”.