Carlos Skliar, doctor en Fonología, especialista en problemas de la comunicación Humana e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Argentina (Conicet) consideró ayer que tiene que existir una escuela para lo común, con tiempo libre y preocupada más en el enseñar que en el aprender.
En diálogo con EL DIARIO en la sede local del Colegio de Psicopedagogos, previo a participar de una jornada impulsada por dicha organización, sostuvo que la escuela tiene que contar con “gestos, palabras y materiales de igualdad” y dijo que se imaginaba una institución “que defienda a ultranza que todo esto es de todos y para cualquiera, que sea pública, no estatal en el sentido gubernamental”.
“Me imagino un sitio que asuma o discuta de verdad si la escuela tiene que ver con el tiempo libre o el trabajo. Para mí esa distinción todavía no está resuelta. A veces entras a escuelas que parecen fábricas, en el sentido de lo mecánico, de la productividad. Y a veces entras en ambientes escolares que te dan gusto por notar la presencia del tiempo libre”, manifestó. “Si no me equivoco, no va a haber tiempos libres en esta vida posmoderna. Nosotros ya no tenemos más tiempo libre, esa vieja idea anarquista del tiempo para nada, para el ocio, para qué sé yo. Hoy en las escuelas primarias y secundarias se ve un debate y tensión entre el tiempo libre y el trabajo. Creo en una escuela de tiempo libre, no entendida como el no hacer nada, sino en el planteo de qué hacemos juntos, qué hacemos con nuestro tiempo, que surja de lo colectivo”, indicó.
En otro tramo del diálogo, se inclinó por “una escuela muy preocupada por el enseñar y menos por el aprender”. “No es que no me importa o que sea indiferente a cómo aprende el alumno, sino que trato en que no haya una relación tan estricta entre lo que se enseña y se aprende. En eso tengo una tradición más griega, que consiste en que enseñar es ofrecer, donar, dar y aprender lo hace cada uno a su tiempo y a su modo, a su tiempo descifrará lo que fue enseñado. Me gusta esa institución, la que todo el tiempo te ofrece cosas y en donde cada uno se hará cargo de lo que aprende”, evaluó.
Skliar dijo que cree que actualmente no se comprende la igualdad, lo común, el tiempo libre y el enseñar más que aprender, lo que él postula. “Yo estoy lejos de la escuela. Imagino una que no existe o quizás no haya existido jamás. Los detractores me dirán que la escuela no está hecha para eso, sino para poner la infancia en el funcionamiento de la máquina del mundo. Para nuestra sociedad la escuela es una oportunidad única para otra cosa. No ataco la existencia de la escuela pero noto la incomodidad, el inconformismo y lo insoportable, una palabra que encuentro mucho en los maestros. Aparece mucho esa idea: dicen que es insoportable el salario, el atender a un chico, el frío que hace en el aula, la situación en que están los jóvenes. Se repite de manera curiosa eso de insoportable”, advirtió.