El jefe de la Comisaría villamariense permanece alojado desde ayer en la cárcel de Bouwer y enfrenta un proceso judicial por haber pedido coimas a un empresario para “agilizar” un trámite policial.
Se trata del comisario Marcelo Albera, quien fue denunciado por el propio damnificado poco después de hacer efectiva la solicitud del funcionario policial.
También estaría implicado en el caso un suboficial (aparentemente un cabo, que actuaba como sumariante), aunque hasta ayer no pesaba imputación en su contra. Sólo le retiraron el arma y quedó a disposición de la Fiscalía de Instrucción del Segundo Turno, a cargo de Gustavo Atienza.
En la dependencia judicial ya comparecieron varios testigos, según trascendió, y la investigación de la causa avanza, sin que se descarten más acusaciones y detenciones por este tipo de prácticas que, según se dice en los pasillos, son de antigua data y más comunes de lo que el sentido común imagina.
Comunicado oficial
Desde la Jefatura de la Policía se difundió un comunicado oficial en el que se expresa que el jefe de la fuerza, comisario General Julio César Suárez “dispuso la inmediata separación del cargo y la situación pasiva de un funcionario policial con jerarquía de comisario -adscripto a la Unidad Regional Departamental General San Martín”, quien fue imputado por “exacciones ilegales”.
El caso
Todo comenzó la antevíspera, alrededor de las 10 de la mañana, en un control de ruta, cuando la Policía Caminera detuvo la marcha de un camión con un trailer, en el que se trasladaba una retroexcavadora. El chofer no tenía, aparentemente, en orden la documentación de dicha máquina.
Al chequear en el sistema policial, los efectivos advirtieron que sobre la mencionada maquinaria pesaba un pedido de secuestro, por lo que fue incautada y depositada en el potrero judicial
El chofer, a su vez, fue trasladado a la Comisaría de Distrito de esta ciudad, donde quedó alojado.
Desde la dependencia policial, el camionero se contactó telefónicamente con sus patrones, y el empresario viajó a Villa María para aclarar la situación.
Alrededor de las 15 de la antevíspera llegó el empresario a esta ciudad y no tardó mucho en demostrar que todo estaba en regla y que, por una demora en ingresar al sistema, no había saltado antes la información de que la retroexcabadora estaba en regla ya que el pedido de secuestro había quedado sin efecto.
Y allí es donde habría entrado a jugar el comisario Albera, quien le habría solicitado al empresario “una heladera con freezer y un horno microondas” para liberar inmediatamente al camionero detenido y devolver sin más dilación la retroexcavadora.
El empresario, a su vez, según trascendió, le habría ofrecido, en cambio, una importante suma de dinero -alrededor de 20 mil pesos - el el jefe de la dependencia villamariense rehusó la oferta y al parecer insistió con los electrodomésticos que le hacían falta “para la Comisaría”.
Finalmente llegaron a un acuerdo y cerca de las 19, el chofer del camión quedó libre y la retroexcavadora fue restituida a su propietario.
A su vez, la heladera y el microondas fueron entregados, aparentemente, en el domicilio del comisario Albera, claro que con la denuncia de todo lo acontecido.
A las 22.15, el jefe de la Comisaría local fue detenido.
A las 3 de la madrugada y por disposición de la Justicia, una comisión de la División Investigaciones trasladó a Albera, ya separado del cargo, a la cárcel de Bouwer.
Investigación
En tanto, la investigación continúa su curso, pues el fiscal Atienza tendrá que determinar ahora qué responsabilidad le cabe en el asunto no sólo al extitular de la sede de San Juan y General Paz, sino al cabo sumariante que estuvo presente al parecer durante todo el trato y no actuó para detener a su superior como indicarían las reglas, la ética y el sentido común.
Fotografías: 1) Un hecho de corrupción mancha el prestigio de la Comisaría local
2) El fiscal Gustavo Atienza está a cargo de la investigación de lo ocurrido