Como suele decirse, “la sacó barata”. Y no es para menos. Porque si se hubiera comprobado que en el asalto utilizó un cuchillo para amedrentar a su víctima, le hubiera correspondido una condena más severa que lo habría dejado en la cárcel hasta julio de 2017.
Sin embargo, Gonzalo Emanuel Ferreyra, un muchacho de 21 años al que sus amigos y vecinos del barrio San Martín conocen como “Gonzalito” o “Tato”, podrá salir del Establecimiento Penitenciario Nº 5 el próximo 9 de noviembre, fecha en la que cumplirá los ocho meses que exige el Código Penal para que un convicto primario pueda obtener la “libertad condicional” si recibe una pena de hasta tres años de prisión efectiva.
Así ocurrió durante el juicio sustanciado en la víspera en la Cámara del Crimen de Villa María, donde el juez Félix Martínez le impuso dicha condena, tras declararlo autor penalmente responsable de “robo simple”.
Previo al veredicto, al momento de los alegatos, el fiscal Francisco Márquez había solicitado una pena de cinco años de prisión, luego de dar crédito a la declaración de la mujer que fue asaltada a las 5 de la madrugada del domingo 9 de marzo pasado, cuando se encontraba durmiendo en su casa del mismo barrio donde vive Ferreyra.
El titular del Ministerio Público mantuvo la acusación original y pidió el mínimo de la sanción que prevé la legislación argentina para el “robo calificado por uso de arma” blanca, cuya escala va de cinco a 15 años.
Negó el hecho
A su turno, el abogado villanovense Jorge Bustos reclamó la absolución de su cliente, quien a poco de iniciado el proceso oral, al momento de prestar declaración, negó haber perpetrado el robo.
Con los elementos de prueba obrantes en el expediente y ante la disyuntiva de tener que imponer una pena más severa por la presunta utilización de un cuchillo (arma que nunca se encontró y, por ende, no pudo acreditarse su uso), el juez Martínez optó por aplicar una sanción más leve, sobre todo al tener en cuenta que se trataba de un presidiario sin ningún tipo de antecedentes y que recibía su primera condena.
De este modo, este joven domiciliado en calle Tucumán al 2700, a unas pocas cuadras de la casa de la víctima, deberá completar ocho meses entre rejas para poder acceder al beneficio excarcelatorio de la “condicional”, siempre y cuando observe buena conducta durante todo el período de detención.
Como dato complementario, cabe señalar que la vecina de barrio San Martín fue despojada de 400 pesos y un teléfono celular. Para consumar el atraco, el asaltante ingresó a la vivienda por una ventana que da al patio, que se encontraba abierta (era verano y todavía hacía calor), aunque pudo ser detenido horas más tarde. Y un detalle que no es menor: Ferreyra actuó a cara descubierta, lo que permitió que la mujer pudiera reconocerlo en rueda de presos.