Participan así de la etapa inicial de un fenómeno incipiente que el mundo ha bautizado como “minería urbana”. Se calcula que nada menos que 320 toneladas de oro y más de 7.500 toneladas de plata son usadas cada año en el planeta para fabricar computadoras, teléfonos móviles, tabletas y otros dispositivos eléctricos y electrónicos. Pero esos aparatos también contienen elementos contaminantes. ¿Qué tiramos cuando tiramos?
Cuando en mayo del año pasado se firmaba un acuerdo entre la Municipalidad de Villa María y la empresa craikense ProGeas Gestión Ambiental, para el tratamiento de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), se escuchó media docena de voces concordantes. Aquí algunas de ellas:
El secretario de Ambiente y Desarrollo Urbano de la comuna local, Rodolfo Bergamasco, señaló entonces que "todas las cuestiones ambientales obedecen a comportamientos colectivos, que en definitiva terminan afectando a la misma comunidad”, por lo que “esta campaña trata de generar conciencia en los individuos para que colectivamente asuman compromisos de buenas prácticas y costumbres y así generar el menor impacto posible en todos los elementos que componen el ambiente".
Por su parte, el coordinador del Area de Seguridad e Higiene y director de la carrera de Ingeniería Mecánica de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Facultad Regional Villa María, Huber Fernández, comentó que "a estos residuos es necesario tratarlos por separado porque son considerados peligrosos".
A su turno, el encargado de la Unidad de Gestión Ambiental de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) y docente de la Licenciatura en Gestión Ambiental, Luis Tuninetti, manifestó que "hace un tiempo, los residuos electrónicos eran asociados a los residuos domiciliarios y nadie se planteaba que había que tratarlos de manera distinta”.
“La UNVM viene trabajando desde 2011 en campañas, pero creo que este es un gran paso que solos no podemos dar. Desde nuestra institución vemos con muy buenos ojos la iniciativa de la Municipalidad de hacer algo sistemático para que se genere un hábito normal en la población, que es algo importante y beneficioso para toda la comunidad", agregó.
En tanto, el delegado Villa María del Consejo Profesional de Ciencias Informáticas, Raúl Tissera, dijo que "hace un tiempo que vimos la necesidad de proteger el medio ambiente y hoy podemos formar parte de este programa, por eso agradecemos al municipio y a las universidades que apoyan y participan... Un 90% de los productos informáticos se puede retornar al mercado y nosotros tenemos como premisa trabajar para disminuir la brecha digital y proteger el medio ambiente".
A partir de ese momento se hizo una prueba piloto de recolección de RAEE en una docena de puntos de la ciudad. Fue durante dos semanas de junio y el resultado animó a un convenio definitivo.
En aquella oportunidad estuvieron presentes Raúl Aimar y su hijo Leonardo, responsables de la pyme craikense ProGeas. Transcurrido poco más de un año, ambos señalaron al Suplemento Económico de EL DIARIO que “ya son más de 60 las municipalidades de Córdoba y Santa Fe con las que firmamos convenios”.
Citaron entre ellas a Marcos Juárez, Bell Ville, Leones, Adelia María, Alejo Ledesma, Arroyo Algodón, Carlos Paz, Las Varillas, Almafuerte, Noetinger, Pozo del Molle, General Deheza, General Cabrera, Monte Maíz, Luque, Villa del Dique y Cuesta Blanca (entre las cordobesas) y Armstrong, Carcarañá, Venado Tuerto y Cañada de Gómez, entre las santafesinas.
“Podríamos decir que entre todos estamos participando en la etapa inicial de la minería urbana, un proceso por el cual se le puede hacer un bien muy grande al planeta porque contribuimos a un uso más eficiente de la energía y de los recursos naturales no renovables o escasos”, sostuvieron el padre, contador, y el hijo, biólogo.
Más riqueza que en los mismísimos yacimientos
Es que, según el Consejo Federal de Decanos de Ingeniería, “los desperdicios electrónicos contienen actualmente ‘depósitos’ de metales preciosos 40 a 50 veces más ricos que los yacimientos explotados en las minas, tal como lo han determinado los expertos de 12 naciones que se reunieron en un congreso celebrado en 2012 en Ghana, Africa, organizado por la Universidad de las Naciones Unidas y la Iniciativa de Sostenibilidad Electrónica Global” (GESI, por sus siglas en inglés).
Para los decanos, fabricar estos productos de alta tecnología requiere más de 16 mil millones de dólares en oro y 5 mil millones en plata, lo que supone un total de 21 mil millones de dólares inmovilizados cada año en dispositivos electrónicos. “Sin embargo, la mayor parte de estos dos metales se desperdicia, ya que en los países desarrollados o en vías de desarrollo sólo el 15% o menos del oro y la plata son recuperados apropiadamente de los aparatos electrónicos ya inservibles que conforman la basura electrónica”, advirtieron.
Paren las rotativas, no es oro todo lo que reluce
Pero, paren las rotativas. Que nadie crea que en su domicilio tiene una “fortuna”. No caben especulaciones mayores respecto a la presencia del oro en la composición de productos eléctricos y electrónicos como celulares o computadoras. El preciado metal sólo puede encontrarse en cantidades mínimas. Por ejemplo, en el interior de un celular sólo hay 0,025% de oro, en promedio.
Queda claro que a la “fortuna” la manejamos entre todos. Y más todavía si tomamos conciencia a partir de datos como los que aportó Greenpeace en informes recientes: “Cada argentino genera alrededor de tres kilogramos de basura electrónica por año, lo que representa 120 mil toneladas de basura electrónica anuales en el país... Se calcula que alrededor del 50% de estos residuos están arrumbados en oficinas, hogares, entes públicos o depósitos, más del 40% se entierra o se descarta en basurales y rellenos y poco más del 10% ingresa en esquemas informales o formales de gestión de residuos...”.
La entidad verde agregó: “Esto representa un derroche de recursos que podrían recuperarse, además de una alta fuente de contaminación... Sólo considerando los tres metales más valiosos presentes en un teléfono celular (oro, plata y cobre) y teniendo en cuenta los 10 millones de teléfonos celulares descartados en la Argentina a fines de 2011, podemos estimar el derroche de 228 kilos de oro, equivalentes a U$S12.462.480; 1.750 kilos de plata, equivalentes a U$S1.855.000 y 81.000 kilos de cobre, equivalentes a U$S664.200. Esto constituye un total de U$S14.981.680, sólo teniendo en cuenta el descarte de celulares en 2011...”.
Consumo sin límites
Si bien el reciclado de los materiales utilizados en la industria de los productos eléctricos y electrónicos no es suficiente, ya que el nivel y el ritmo de consumo no encuentran límites, es una medida necesaria para dar comienzo al manejo racional de los recursos que hemos extraído del planeta. Asimismo, es urgente y necesario rever las pautas de consumo y la irracional celebración de la industria para el basurero.
Raúl y Leonardo Aimar se alegran de formar parte, al menos, de “la etapa inicial” del tratamiento de ese 10%-15% de los RAEE que el país arroja cada año al basurero.
Educando
Están orgullosos de haber obtenido todas las certificaciones y permisos para el desarrollo de la actividad, de haber sido elegidos por el Ministerio de Industria de Córdoba entre los tres mejores emprendedores de 2013, de haber sido invitados como disertantes al IV Congreso Nacional y I Congreso Internacional sobre Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos, desarrollado en San Juan los días 6, 7 y 8 de este mes. Aunque dicen que esos reconocimientos “son tan importantes como los aplausos que nos brindaron ya 7.420 alumnos de escuelas primarias, secundarias y terciarias de Córdoba y Santa Fe, cuando cerramos nuestras charlas de divulgación y capacitación”.
Son apenas siete las personas que por ahora rescatan desde James Craik su “granito” de oro en el basural de la modernidad. Es así de incipiente la minería urbana por estas tierras, en la Argentina, en el mundo. El planeta necesita más.
S. V.
Fuentes: Entrevistas con directivos de ProGeas
Archivo El Diario
Consejo Federal de Decanos de Ingeniería
Noticias de la Ciencia
Amazings.com
Greenpeace