Entrevista: Nancy Musa
¿Será o no será candidato a gobernador en 2015?
Para tomar la decisión de si voy a ser candidato a gobernador hace falta el esfuerzo de los compañeros, hubo un momento donde no hacía falta, yo tenía la posibilidad de encarar el proceso, me sobraba el combustible en el auto, ahora no. Ahora es más difícil, hay que articular una cosa más grande, más amplia, más generosa, con mayor esfuerzo. Estoy dispuesto a hacer todo el sacrificio, pero hay que compartir responsabilidades, yo no estoy dispuesto a cargarme al hombro una campaña a gobernador todo el tiempo que haga falta si no hay actividades conducentes de parte de los dirigentes.
Cuando habla de ser más amplio, más generoso, ¿habla de alianzas?
Nuestro límite tiene que estar claro: contra quién tenemos que pelear. Primero tenemos que tomar el poder, porque podés tener un discurso maravilloso, conmovedor, pero si el poder no lo tenés en la mano, a la gente no le resolvés el problema, la gente pierde la esperanza que alguna vez algo distinto pueda ser. Y se termina domesticando. Por eso, primero hay que tomar el poder, para tomar el poder hay que iniciar un proceso con generosidad.
Eso incluye las charlas con el radicalismo.
He hablado con muchos dirigentes radicales, es más complicado el radicalismo porque hay dirigentes que quieren que hagamos una alianza, pero le cuesta horrores torcerle el brazo a Mestre y a algunos intendentes radicales que son más delasotistas que los propios delasotistas.
¿Con el intendente Eduardo Accastello se reunieron nuevamente?
No. Nos juntamos la vez pasada con Eduardo, pero yo tengo la sensación que él quiere ser candidato de De la Sota. Con lo cual no tenemos posibilidad de hablar nada, creo que tiene la intención no confesada de ser el candidato del PJ, y eso para nosotros es determinante.
Creo que Eduardo pone fichas en todos lados, es candidato de Randazzo, es candidato de Scioli, es el hombre de Cristina, es la alternativa de De la Sota, es el aliado estratégico de Schiaretti, el constructor de Uribarren, el promotor de Rossi. ¿Dónde está? Yo no creo que uno pueda jugar en el Casino poniendo fichas en todo el paño. El juega diez alternativas distintas y creo que va a terminar acompañando a De la Sota.
¿El candidato de De la Sota es Schiaretti?
No creo, el candidato de De la Sota es De la Sota.
¿Con Juan Jure siguen las relaciones?
Tengo muy buena relación con Jure, pero Jure no es todo el radicalismo, es una parte interesante del radicalismo.
¿Cómo ve la provincia en este momento?
Complicada. De la Sota tiene instalado un amplio criterio de marketing, pero cuando el marketing se diluye y no están los recursos empieza a aflorar lo que la realidad te dice.
Y la realidad demuestra una Córdoba endeudada, con obras de infraestructura que no se hicieron, con una educación quebrada, con una salud colapsada y te das cuenta que todas esas cosas se esconden bajo una inteligente campaña marketinera.
De la Sota ha sido un tipo brillante para esconder detrás de cortinas de humo la realidad de la provincia.
Y a nivel nacional ¿cuál es su mirada?
Creo que este es un gobierno, te puede gustar o no, que tiene una construcción y tiene una idea de cómo sostener esa construcción. Estamos entrando en un escenario turbulento y se avecina una mecánica de acontecimientos delicados. El Gobierno no le ha dado en la tecla para combatir la inflación, tiene nichos de corrupción muy fuertes que le afloran y trata de ignorarlos o en el caso de Boudou de consentirlo y eso genera mucha resistencia.
Internas feroces
Cristina tiene una sucesión delicada y hay que estar muy atentos a cómo se resuelve la interna del poder que va a ser muy feroz. El kirchnerismo hoy tiene ocho candidatos, no todos tienen chance. El que más chance tiene es Scioli y lo sigue Randazzo, pero son tribus muy complicadas sin conexión entre ellos y con una sola conducción. La única conducción es Cristina, pero no estando Cristina es muy difícil porque son todas bandas que se destetan una a otra.
Es muy difícil en Córdoba, también, hoy si hablás con La Cámpora no hablás con la Kolina, si hablás con la Kolina no hablás con los chicos de la Güemes, si hablás con los intendentes te peleás con Accastello, si hablás con Accastello no hablás con otros sectores. Es muy difícil.
¿Y la oposición no está igual con internas de poder?
Sí, pero es menos grave porque no está gobernando. Es muy difícil articular un proceso con tantas vanidades sueltas. Hay muchas vanidades en la oposición, muchos egos, mucha envidia, muchos recelos y eso permite que el Gobierno pueda seguir escondiendo sus dificultades, por que al frente de la oposición hay un escenario de vanidades, intolerancia y soberbia y eso atenta contra la idea de que la gente pueda pensar que se puede construir algo distinto.
¿El escenario de 2015 puede ser similar a 2003?
Creo que vamos a un escenario de segunda vuelta, de eso no tengo dudas. Me parece que vamos a un escenario de fragmentación y hay que ver muy bien la interna de la provincia de Buenos Aires. Hoy los candidatos son más de marketing que de construcción política. Massa es un dirigente que está fuertemente instalado en los medios, pero no tiene nada en el interior. Yo que soy militante político detesto que para tener trascendencia tenés que mandar a tu novia a bailar a Tinelli. Es más importante tener una mina escultural bailando en un programa, que construir una alternativa política. Por ahí pasa hoy la política en la Argentina y eso es gravísimo.
UNEN se iba a lanzar en Villa María esta semana ¿qué pasó?
Esa fue una idea muy generosa de Jorge (Valinotto), pero no estaban dadas las condiciones para que se pueda expresar por múltiples factores. Todavía UNEN es un espacio que hay que trabajarlo. Yo quiero ser muy prudente en esto, no quiero generar expectativas cuando la vanidad lo puede hacer estallar en mil pedazos. Lo que pasó esta semana con Carrió y Pino (Solanas) es vergonzoso. Vos no podés plantear que podés conducir un país cuando ni siquiera podés tolerar el discurso de un compañero que está al lado tuyo.
En ese contexto, uno de los más calmos parece ser Binner.
Sí, uno quisiera que pudiera tener otras condiciones, como ser un buen piloto de tormentas, pero hay que reconocer que no pierde la calma, mantiene un nivel de coherencia ante semejantes locuras, pero me parece que nosotros tenemos que ser más cuidadosos. Antes de ofrecer a la gente esta herramienta, tenemos que probar que va a funcionar. No podemos obligar a la gente a que salte al vacío.
¿Se puede hacer una alianza con el PRO desde un sector progresista?
Nosotros tenemos en Córdoba como único objetivo la lucha en contra de la corrupción de De la Sota. En ese marco estamos dispuestos a hablar con todos los dirigentes que tengan ganas de entender que el proceso político de De la Sota está agotado. Uno puede hablar con el PRO y con Tamarit. Uno puede hablar con la Coneja Baldassi y con Scotto en la medida que entendamos que hay un proceso agotado. En Córdoba uno puede hablar con distintos dirigentes porque sabemos quién es quien.
Han difundido encuestas en las últimas horas que lo dan primero a Schiaretti.
Eso es una mentira. Schiaretti está por debajo mío. En cualquier encuesta. Si a mí me miden con De la Sota estoy tres puntos abajo, pero si me miden con Schiaretti estoy cinco puntos arriba. Tienen una necesidad de instalarlo y van a venir todas las usinas de las encuestas. La política se ha vuelto eso. Hoy, la política te la arma un consultor, un asesor de imagen y mucha plata en los medios de comunicación. Olvidate de militar, de tener una idea, un sueño, de abrazar una causa. Hoy la política se ha vuelto eso y nosotros no nos resignamos a que la política sea eso.
Si piensa en 2007, en las marchas reclamando que le robaron la elección, y se ve hoy ¿que le pasó como dirigente?
Aprendí un montón de cosas. Aprendí a verme cansado, muchas veces he tenido ganas de largar todo. Me pasó con la causa de Roganti, donde me tocó alegar y después de 28 años de penalista en vez de hablar de la causa me puse a defender un amigo y me largué a llorar como una criatura.
Tengo la sensación de que la gente quiere que no le roben pero vota a corruptos, quiere que no la engañen pero vota a estafadores. Me cuesta, tengo 50 años, pasaron muchos años de esa noche que nos robaron la elección y si pudiera volver para atrás, no hubiese tenido la charla que tuve con Kirchner, que me peleé con él. Porque me gané enemigos al cuete y me los cargué a todos.
De amores y odios
Ahora digo, los años pasaron y me doy cuenta que los tipos que antes me odiaban hoy me reodian. Y los que me amaban (risas). Antes era Perón o muerte y ahora es Luis Juez o lesiones leves.
Tampoco están dispuestos a poner la cabeza en la guillotina por un sueño o un ideal y yo no estoy dispuesto a cambiar mis ideales.
Por eso le digo a los compañeros, a mí no me envalentonen a ser candidato a gobernador si no van a hacer un gran esfuerzo. No me entusiasmen a mí de vuelta para poner diputados, yo no hago política testimonial, no quiero convertir al Frente Cívico en un partido testimonial. O disputamos el poder y cambiamos la historia o conmigo no cuenten.
No estoy dispuesto a hacer política por un conchabo, yo no busco un cargo.
Se lo ve muy relajado...
(Sonríe) Vengo de Marcos Juárez y todos me reúnen, me ponen Pentotal en vena, Valium sublingual para tranquilizarme y me dicen acá no se puede hablar mal de De la Sota porque tiene el 75% de imagen positiva. Ah, bueno... Pero el 60% de los encuestados considera que es un dirigente corrupto.
Cuando nosotros arrancamos años atrás estábamos más parejos, ahora estos tipos son infinitamente ricos, son riquísimos y no voy a hacer nombres para no ofender a ninguno, pero vos te ponés a ver intendentes, exintendentes, tienen un patrimonio monstruoso y están dispuesto a gastarse en una campaña lo que yo no tengo ni vendiendo todo.
Ahora es todo más complicado, es como que se ha perdido la capacidad de soñar, como que la sociedad está más resignada.
Queda pensativo y luego vuelve a sonreír. La mesa está servida y el asado a punto. La política se tomó un descanso al lado del fuego...