Un joven villamariense fue condenado ayer a tres años de prisión de ejecución condicional (es decir, en suspenso) y recuperó la libertad al cabo de un juicio de trámite abreviado sustanciado en la Cámara del Crimen local.
Se trata de Ezequiel Quevedo, de 20 años, quien fue declarado autor penalmente responsable de los delitos de “robo”, “violación de domicilio reiterada” (dos hechos), “daño”, “amenazas” y “resistencia a la autoridad”.
Quevedo, con último domicilio en Intendente Urtubey 460, en barrio Nicolás Avellaneda de esta ciudad, confesó los hechos que se le atribuían y que había cometido el mismo día en que fue detenido, hace poco más de tres meses.
El proceso oral y público fue presidido por la camarista Silvia Saslavsky de Camandone y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez y del abogado local Gustavo Murugarren (ejerció la Defensa del joven convicto primario), mientras que la secretaria actuante fue Marcela Mattalía.
Al concluir el juicio, la madre de Quevedo decidió llevar a su hijo a vivir con ella, en la localidad de Berrotarán, para controlarlo de cerca y tratar de evitar que vuelva a delinquir.