Carlos Almirón recibió una condena de un mes de prisión por “amenazas” y “resistencia a la autoridad”. Pero como estaba debiendo parte de una sanción anterior, se unificaron las dos sentencias y tendrá que seguir en la cárcel hasta abril de 2015
Un joven domiciliado en barrio Los Olmos de Villa María deberá cumplir una pena unificada de un año y cuatro meses de prisión, luego de ser condenado ayer en la Cámara del Crimen local.
Se trata de Carlos Emanuel Almirón, de 20 años de edad, quien fue declarado autor responsable de “amenazas reiteradas” y “desobediencia a la autoridad”, hechos por los cuales se le impuso una condena de un mes de prisión.
Sin embargo, como estaba adeudando parte de una sanción penal anterior, la Justicia debió unificar ambas sentencias y lo declaró reincidente, circunstancia que le impedirá acceder al beneficio de la “libertad condicional”.
Almirón, nacido en la capital provincial el 25 de diciembre de 1993, pero radicado en esta ciudad desde hace varios años, llegó a juicio por un incidente registrado hace nueve meses, apenas dos días después de salir de la cárcel.
En efecto, a mediados de diciembre del año pasado, a sólo 48 horas de haber dejado el Establecimiento Penitenciario Nº 5, donde purgó parte de una condena de dos años de prisión efectiva por delitos contra la propiedad, Almirón tuvo una violenta discusión con su pareja, Yanina Bracamonte, lo que derivó en una denuncia de la mujer.
Durante la audiencia de debate realizada en la víspera se conoció que la pelea sobrevino luego de que el joven encontrara a su concubina totalmente drogada y amamantando a la pequeña hija de ambos, por lo que Almirón decidió quitarle a la criatura con la intención de llevársela a su propia madre.
Fue entonces cuando se produjo el altercado, que incluyó amenazas a la mujer. Bracamonte llamó a la Policía y cuando los uniformados llegaron a la vivienda, Almirón los enfrentó, profirió nuevas amenazas y se resistió a ser detenido.
Antecedentes
Almirón recibió su primera condena el 29 de octubre de 2012, oportunidad en la que se le aplicó una sanción de dos años de prisión en suspenso por hechos de “amenazas reiteradas”, “lesiones leves”, “robo reiterado”, “encubrimiento”, “violación de domicilio”, “hurto en grado de tentativa”, “robo en grado de tentativa” y “daño”, todos cometidos a lo largo de ese mismo año en Villa María.
En aquella ocasión, precisamente por tratarse de un convicto primario, recibió una condena de ejecución condicional que lo dejó “en capilla” ante una eventual reincidencia delictiva.
Poco tiempo después, Almirón volvió a las andadas y aquella pena en suspenso se transformó en una sanción de cumplimiento efectivo en un segundo proceso oral y público.
No obstante, el joven recuperó la libertad en forma condicional luego de purgar ocho meses “a la sombra”, por lo que quedó debiendo un año y cuatro meses. Pero apenas dos días después de dejar la cárcel, mantuvo la discusión con Bracamonte, que lo llevó por tercera vez a prisión y desde entonces se encuentra detenido.
Si bien en octubre próximo podría acceder a la “libertad asistida”, instituto legal que permite la excarcelación seis meses antes del cumplimiento total de la condena, lo más probable es que Almirón deba completar la sanción unificada impuesta en la víspera porque tiene pésima conducta en la cárcel.
En definitiva, recién podrá quedar en libertad a mediados de abril de 2015.
Finalmente, cabe señalar que el juicio fue presidido por la camarista Silvia Saslavsky de Camandone y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez y de la asesora letrada Ana María Díaz, mientras que la secretaria actuante fue Marcela Mattalía.