Ingresaría la semana que viene al Concejo Deliberante un proyecto que derivaría en la posibilidad de que vecinos de barrio Ctalamochita que residen sobre terrenos en controversia regularicen su situación.
La historia del caso es larga y confusa: en 1991, durante el Gobierno del radical Carlos Zanotti, el Concejo Deliberante dispuso por ordenanza “compensar la deuda de Tasa por Servicios a la Propiedad del señor José Mattea por una fracción de terreno que el mismo entregó al municipio”. De esta forma, la comuna recibió unos lotes ubicados detrás del cementerio municipal San José, donde habitan desde entonces familias muy humildes.
Más tarde, los concejales decidieron donar fracciones de terrenos a distintas personas y se estableció que una vez realizada la subdivisión, se daría el lote con designación a cada adjudicatario. Las donaciones eran exclusivamente para la construcción de sus únicas viviendas.
En 1994 los ediles dejaron asentado que los adjudicatarios beneficiados no habrían cumplido con la obligación de construir su vivienda en los terrenos donados a ellos. Cuatro años después, el Ejecutivo hizo constar que una de las beneficiarias ocupaba una fracción de terreno y que en el mismo levantó su vivienda, mientras que otros beneficiarios afirmaron residir en el sector desde hace 20 años y aclararon que sus casas fueron construidas con antelación a la norma de 1994.
Luego, en los primeros meses de 2011, familiares del exdueño de las tierras notificaron a sus residentes con la intención de “identificarlos y saber por qué viven allí”, lo que empezó a provocar el temor de un eventual desalojo.
Desde ese momento, la incertidumbre se apoderó de los habitantes -todos en situación de pobreza- y recién ahora tendrían un alivio.
Negociación fructífera
El secretario de Gobierno, Natalio Graglia, concurrió al Concejo Deliberante con la intención de que los concejales analicen un proyecto que regularizará el asunto. Abordado por EL DIARIO tras la visita a los concejales, el funcionario dijo que desde el Ejecutivo buscan “regularizar la intervención que tuvo el municipio en su momento de manera definitiva y acorde a lo que corresponde”.
“El antiguo poseedor de las tierras, Mattea, hijo del titular de las tierras, vendió esos terrenos y vino a plantear una subdivisión. Nosotros, como condición, pusimos la de dar una solución a las familias a las que el municipio se las cedió en su momento”, precisó. Con esto, “buscamos que los vecinos puedan conservar” ese espacio. La negociación dio resultado: “Ellos (los dueños) han accedido, por lo que estas familias podrán tener el lote que en su momento les dio la comuna de forma irregular”.
En pocas palabras, quien ahora adquirió las tierras a los Mattea, “accedió a respetar la posesión de los vecinos, que es la condición que nosotros pusimos para acceder a la subdivisión”.
Graglia especificó que son dos las familias que habían recibido la cesión, pero que además hay otras que han “usurpado las tierras y eso ya será una cuestión que deberán resolver con el comprador”.