Un chequeo médico previo, entrenamiento adaptado a la persona en particular, una alimentación sana y adecuada y descanso son los tópicos que brindó un entrenador personal a EL DIARIO.
Con los primeros calores, comienza la preocupación de muchos por bajar los kilos que se ganaron con el invierno y llegar con un cuerpo más moldeado al verano.
José Morales, quien durante varias horas todos los días está al frente del gimnasio de Juan Rosell, remarcó que no se puede hacer en tres meses lo que no se hizo en todo el año, por lo que desestimó milagros en el cuerpo, el que “no es una máquina, a pesar de que muchos crean que sí”.
“Antes de arrancar hay que hacerse un chequeo médico, para saber si la persona está apta para la actividad, porque quizás tiene un antecedente, una enfermedad, una lesión previa. Si yo arranco sin saber cómo está mi cuerpo, corro riesgo de que el entrenamiento me haga mal”, subrayó. Indicó que el especialista debe diagramar una actividad adaptada a la persona en particular, por lo que advirtió que “es fundamental que el profesor sea responsable, que esté en todo momento con la persona viendo que haga bien las cosas, ya que es un grave error copiar a los demás sin consultarlo”.
Morales aseguró que ya a los 12 años se puede empezar con aparatos (“por supuesto que muy tranqui, con mínimo peso”) y que hasta los 90 años se puede seguir con esta modalidad, siempre “con seguimiento permanente”.
No hay milagros
“El error es querer en poco tiempo hacer lo que no hice en todo el año. El cuerpo no es una máquina, el ser humano por lo general tiende a tomarlo de tal forma y estar tres horas en el gimnasio, cuando así te vas a lesionar. Si me exijo más de lo normal, corro riesgo de lesión. Es desaconsejable hacerlo todo a último momento”, sostuvo el profesional.
En cuanto a la alimentación, dijo que “si quiero rendir mejor, recuperarme más rápido, ganar musculatura o bajar de peso, es importante comer bien”. “La clásica es que quieren bajar sin comer y así te vas a estancar. Si haces ejercicio, necesitas energía. Si no comí, me dará calambres, me desmayaré, tendré vómitos o lesiones, me sentiré débil, cansado. Ingerir alimentos previo a entrenar es imprescindible. Aconsejo que una hora y media antes se consuma carne, con lentejas, con una ensalada o por lo menos consumir dos frutas”, especificó.
También hizo hincapié en el descanso, “que es clave, porque el músculo no crece acá en el gimnasio, acá rompo, pero el crecer lo hace de noche, necesito siete u ocho horas para que el cuerpo se recupere y tenga energías”.
De acuerdo a lo que observa en su trabajo, “en esta época todos están con apuro porque quieren verse marcaditos para el verano, el hombre quiere destapar remeras y tener buenos abdominales o brazos, mientras que la mujer busca más bajar de peso”.
Cuando se le preguntó qué puede hacer quien no tiene dinero para pagar una cuota de un centro deportivo, recalcó que “el mundo es un gimnasio que está abierto siempre”, recomendando caminar, porque “no hay excusas para no hacerlo, es muy saludable, tonifica piernas y ayuda mucho a bajar de peso”. También habló de trotar, pero “si me canso, tengo que caminar hasta recuperarme”. Bailar, andar en bici o natación fueron otras de las opciones que tiró, todas con buena respuesta.
“Con el propio peso del cuerpo alguien más experimentado puede armar un circuito al aire libre donde trabaje todos los músculos”, aclaró.
En cuanto a los abdominales, fue tajante: “Haciéndolas, tonificás, endurecés, pero tenés la grasa que lo recubre; para bajar de peso tengo que hacer dieta y trabajos aeróbicos”.