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Arza resaltó que no hay que esperar que ocurran tragedias para accionar |
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“Los alumnos son los que más se interesan porque la escuela sea segura”, remarcó Manuel Arza, licenciado en Higiene y Seguridad en el Trabajo, ingeniero en Seguridad Ambiental y codirector de Integrar Consultoría, una empresa especializada en servicios de seguridad.
El profesional dialogó con EL DIARIO sobre distintos aspectos que hacen a la seguridad de los establecimientos educativos. Su firma hoy trabaja en readecuar las condiciones del Instituto Secundario Bernardino Rivadavia y otras de la región.
“Las escuelas técnicas están obligadas a tener un servicio de higiene y seguridad, pero no todas cuentan con el mismo. Más allá de esta disposición, todas deberían tenerlo”, indicó.
Arza consideró que “la escuela es el espacio adecuado para la construcción de la cultura de la prevención; un niño desde pequeño va adquiriendo pautas y formando hábitos que se verán reflejados a lo largo de su vida adulta. Es tarea de los adultos construir, promover, educar, orientar y proteger a los alumnos con el fin de desarrollar una personalidad capaz de resolver una situación que atente contra la seguridad y la salud”.
Resaltó que “una escuela es segura cuando es planificada, construida de acuerdo a normativas vigentes, mantenida, ordenada, equipada, con personal que esté capacitado y sea conocedor de las fortalezas y debilidades que pueda contar la institución para actuar sobre ellas”.
Hizo hincapié en dos puntos: la necesidad de un plan de emergencia y la cartelería adecuada.
En cuanto al primer punto, resaltó la importancia de “saber cómo actuar correctamente ante cualquier infortunio, como accidentes, incendios”.
Respecto al segundo ítem, valoró la implementación de cartelería, luces de emergencia, extintores y distintas medidas de seguridad.
“Lo esencial es saber cómo accionar y utilizar las medidas”, apuntó.
@ En los recreos
Arza comentó que relevamientos de empresas no oficiales indican que la mayoría de lo accidentes ocurren en los recreos. Casi el 45% se da en esos momentos de recreación.
Generalmente, se producen lesiones cortantes.
En tanto, un 30% se registra durante actividades de educación física y deportivas y en menor proporción en los talleres, excursiones, visitas, campamentos, aulas y en otros medios.
No obstante, el ingeniero advirtió que “es muy importante que cada escuela realice su propia estadística, ya que las características edilicias, como del alumnado, marcan grandes diferencias”.
@ No esperar una tragedia
“El tema no debería emerger cuando ocurre un acontecimiento puntual que llama la atención de los medios masivos y cuando el tiempo de la prevención sea sustituido por el tiempo de los reproches y las responsabilidades. Debemos aprender a no llegar a los límites para actuar.”
“Nosotros siempre tenemos en cuenta tres premisas: nunca decir que esto no nos ha de ocurrir, las cosas no ocurren por casualidad y la culpa no la tienen los otros.”
Manuel Arza expresó que el plan de higiene y seguridad “no es costoso si se lo relaciona con el costo real de un accidente, el cual es mucho más elevado”.
“La mayoría de los colegios en los que hemos trabajado presentaban condiciones precarias. Y hemos visto que son los alumnos los que más se interesan” por una escuela segura, concluyó.
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