Si bien el oficio de peluquero, peinador u otros menesteres afines tiene su nacimiento durante la Edad Antigua, fue en la década del 40 del siglo pasado cuando se registraron los mayores logros asociativos de los hombres y mujeres del peine y las tijeras en Argentina.
Fue durante 1944 que se constituyó el Centro Departamental de Peluqueros y Peinadores de Villa María (CPP-Villa María), por lo que este año cumple nada menos que 70 años de vigencia como institución de la ciudad y la región.
Fundadores
En el Día del Peluquero es preciso traer a la memoria a aquellos villamarienses que fundaron el CPP. Es por esa razón que recordamos a Francisco Sugrañes, Benigno Juncos, Perfilio Hosés, Domingo Odorisio, José Gil García, José Bévolo, José Anello, Jorge Gómez (quien llegó a ser presidente del Concejo Deliberante), Heldo Agatiello, Sixto Gudiño (primer presidente de la entidad), Oscar González, Federico Maurizio, Venancio Farías, Juan Irrutia, Juan José Rosas, Francisco Ortega, Adolfo Luis, Bernabé Laurent, Antonio Martín y Arturo González.
Mensaje
Fue en el año 1969, cuando el CPP-Villa María cumplió un cuarto de siglo, que el presidente de entonces pidió, a la hora del brindis: “Levantemos las copas desbordantes de optimismo y felicidad, y pensemos, sólo por un instante aunque más no sea, en los hombres ausentes que trabajaron con inquebrantable entusiasmo, dando lo mejor de sus esfuerzos por el sano ideal que acariciaron, de poder ver al gremio unido, feliz, y con un amplio y limpio horizonte de presente y futuro promisorio”.
En el mismo discurso pidió valorar, “en la medida exacta, a todos los que, desde hace cinco lustros, comenzaron la gran tarea, echando en profundidad la piedra de la fundación de la institución, desparramando fe y entusiasmo, creando conciencia, capaces de comprender lo que significa estar unidos y tendernos la mano como verdaderos hermanos. Cerremos los ojos y dejemos volar nuestro pensamiento imaginando lo difícil y sacrificados que habrán sido nuestros primeros pasos, pero también adivinemos en aquellos rostros la sonrisa abierta y contagiosa por el hecho nuevo”.
El mismo mensaje cabe hoy, cuando la entidad cumple siete décadas de vida y sobrevienen nuevos desafíos que impone el desarrollo histórico de la cultura de los pueblos.
La necesidad de capacitación va de la mano con las exigencias de nuevos tiempos y otras generaciones. De allí que la institución que nuclea a peluqueros y peinadores trabaja sobre un proyecto de ley que los convierta en profesionales.
¿Por qué el 25 de agosto?
La celebración del Día del Peluquero el 25 de agosto guarda relación en que en igual fecha, pero durante 1270 y 1297, murió y fue canonizado santo, respectivamente, el rey Luis IX de Francia.
Precisamente, Luis IX, durante su reinado, jerarquizó a su peluquero declarándolo “hombre libre”, por lo que lo equiparó a los caballeros, jueces, médicos y magistrados, autorizándole el uso en su atuendo de un espadín que era símbolo de tal distinción.
En nuestro país su celebración se remonta al año 1877, cuando, en ocasión de un baile realizado en el teatro Coliseo, al que asistieron 400 personas, se creó la Sociedad de Barberos y Peluqueros. Este festejo fue organizado por Domingo Guillén, peluquero y, a la vez, director propietario del órgano “El Peluquero”, publicación quincenal que, en la segunda edición (2 de agosto de 1877) de su primer año de vida, dio cuenta del mencionado acto.
Trascurrieron los años y, merced a la inquietud de hombres que fueron acrecentando la organización, se realizó durante 1940, en Pergamino, el Congreso Nacional de Peluqueros, convocado por la ex-Federación Argentina.
Fue precisamente dicha asamblea la que oficializó definitivamente el 25 de agosto como el Día del Peluquero, según el relato de Miguel Lígori, titular de la Confederación General de Peluqueros y Peinadores de la República Argentina.
Fotos
En pleno atelier, la demostración de una peluquera que peina a dos modelos de Villa María (foto CPP-Villa María)
La tradicional “permanente” sobre el escenario. Corrían los años 50 en nuestra ciudad (foto CPP- Villa María)
¿Se acuerdan de los secadores de los años 50 y 60? En la ciudad se realizaban demostraciones con estas herramientas (foto CPP-Villa María)
Lo que se dice un “verdadero peluquero de aquellos tiempos”. Apuesto, bien peinado, bigotes recortados y, por si algo faltaba, con moño (foto CPP-Villa María)
