“Flojas de papeles”. Así se podría definir la situación de gran parte de las tierras donde están construyendo las 400 viviendas. Los adjudicatarios, que ya pasaron penurias por las demoras en la entrega de las llaves, deberán pasar por otro Vía Crucis para poder escriturarlas algún día, dado que están demorados los juicios de expropiación en algunos casos y en otros, no están cumplidos los trámites para inscribir los terrenos en el Registro General de la Propiedad.
Cabe señalar que el Plan Federal por el que se construye ese barrio, es un emprendimiento en el que intervinieron los gobiernos nacional, provincial y municipalidad.
¿Qué debía hacer la Municipalidad? Conseguir los terrenos para construir 400 casas. El dinero que le costó adquirirlos o expropiarlos fue recuperado porque los adjudicatarios pagaron por su parcela.

@ El proceso

Durante la administración de Nora Bedano, se sancionó la ordenanza 5.425, que declara de utilidad pública y sujeta a expropiación los terrenos donde se construirían las viviendas.
Una vez sancionada la ordenanza, la Municipalidad inició negociaciones con todos los expropiados para hacer la compra directa.
Solamente el Centro de Empleados de Comercio, propietario de una parcela, aceptó el precio ofrecido por la Municipalidad. Los demás propietarios lo rechazaron.
Por tal motivo, el 30 de diciembre de 2004, un día antes que Tribunales entrara en feria, la comuna ingresa los juicios de expropiación.
Por citar un ejemplo de la compleja situación en que están los terrenos, hasta hace dos semanas no se habían realizado los trámites para el traspaso del lote del CEC hacia la Municipalidad, pese a que hace cuatro años que el Gobierno local está en condiciones de transferirlo.
En definitiva y tal como se puede ver en el detalle de caso por caso, la comuna no tiene el dominio de un sólo centímetro de las aproximadamente 25 hectáreas sobre las que se construyeron las 400 viviendas que entregan parcialmente hoy. De ese total, 11 hectáreas y media aún se encuentran en litigio con los actuales propietarios y el resto, faltan realizar los trámites dominiales.
Con todo el tiempo a favor para regularizar los terrenos, cabría preguntarse sobre las razones que motivaron tanta demora, rectificaciones y errores que hacen que las causas de expropiación estén en su mayoría paralizados.
También hay que señalar que ni el Concejo Deliberante, ni la entonces intendenta Nora Bedano encomendaron un estudio de títulos y antecedentes de los terrenos a expropiar, previo al dictado de la ordenanza de expropiación y sus consecuentes decretos.
Esto derivó en imprecisiones, contradicciones e improlijidades que llevan aparejada la gran lentitud de los juicios y en consecuencia, incremento de los costos.
Es importante señalar que hasta que no se logre la sentencia definitiva de expropiación, los adjudicatarios de las casas no tendrán posibilidad de obtener el título de propiedad a su nombre. Si la Justicia da la razón a los demandados declarando la nulidad de las expropiaciones, el terreno y la vivienda construida será del propietario. Si en cambio la Justicia le da la razón al Municipio, hay que preguntarse quién pagará los costos superiores de esas tierras, encarecidos por las improlijidades originales.