“No te puede gustar el estudio del 100% de la carrera. A veces, estaba siete u ocho horas diarias leyendo, y no sos fanático de cada asignatura, pero tenés que pensar en qué querés ser y para serlo hay que formarse”.
Palabras de Luca Girotto.
El joven tiene 23 años y es un flamante abogado: se recibió en junio y está a la espera de su título y matrícula. Mientras, ya se desempeña en un estudio jurídico incursionando en la rama laboral.
Ayer habló con EL DIARIO y recordó que a los 17 años, cuando finalizó el Nivel Medio, analizó detenidamente qué iba a hacer. Pensó entre las Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales, con la certeza de que no podía dedicarse a nada que tuviera que ver con las ciencias exactas “porque Matemática, Física, Química y demás no es lo mío”.
Luego de desmenuzar opciones, se inclinó por las ciencias sociales. “Mi hermano iba por la mitad de la carrera de Abogacía y eso me animó a elegirla”, confesó.
Sin otro antecedente familiar en el Derecho, se puso a estudiar e hizo la carrera al día, en la Universidad Católica de Salta delegación villamariense.
No es que era su vocación desde pequeño, no, pero hoy se siente a gusto con su elección y sus primeros pasos. Aclaró que está “descubriendo” la profesión.
“Uno va descubriendo de qué se trata y te vas mimetizando con el ambiente”, confió.
Luca, que está como colaborador en el estudio de Gabriel Ranco, consideró que la rama laboral es atractiva.
“A priori no puedo decir qué rama me gusta y cuál no, porque estoy muy fresco todavía”, dijo dando a entender que es muy novel en el oficio. Remarcó que está muy predispuesto a aprender e ir cultivando experiencia.
“Tengo que hacer una fuerte base (más allá de la académica), darle ruedo a mi carrera”, manifestó.
Si de pensar en un mañana se trata, admitió que puede anhelar llegar a ser un juez, un fiscal u otro funcionario judicial, pero sostuvo que “no a todo el mundo le gusta estar del otro lado”, es decir del que aplica justicia.
Interpretó que el abogado “está mal visto ante la sociedad” y que no se puede “hacer la vista gorda” a esa mirada que tiene la comunidad, pero resaltó que en todas las profesiones hay buenos y malos, porque es una condición que pasa por la persona y no por su oficio.
Analizó que hay muchos colegas en el mercado laboral, “lo que amerita que sigamos especializándonos más y que exista mayor competencia”.
En otro tramo de la charla que mantuvo ayer con este matutino durante la mañana, declaró que “el contenido del Derecho es enorme, desde lo doctrinario, desde lo teórico, pero después la calle te da mucho”. “Para aprender, más allá de la base académica, se necesita el trabajo diario, la práctica”, manifestó.
Por su parte, sobre el funcionamiento actual de la Justicia, respondió que “siempre hay cosas que se pueden mejorar”, pero aclaró que no quería “pegarles, porque no todo depende de ellos, sino de sus recursos, de la estructura edilicia y otros aspectos”. “Se hace lo que se puede”, aseveró.
Finalmente, dejó su parecer para que los lectores adolescentes que están terminando la secundaria tengan otra voz más a la hora de escoger la carrera a seguir: “No hay que pensar en el dinero que te puede dar una especialidad. No se debe pensar en la parte económica, porque no creo que sólo en base a eso puedas avanzar en el estudio. Cuando te gusta, le vas a dedicar muchas horas de lectura, pero si no te gusta pienso que no podrás hacer mucho por más que creas que te pueda dar dinero en el futuro”.