"La bioenergía tiene que ser o propender a ser energía sustentable, amigable con el cuidado de los suelos, la salud, el ambiente; los recursos naturales aplicados a estos tipos de energía son, en su mayoría, los mismos que se utilizan para la producción de alimentos o para la calefacción de hogares de la población que vive en el campo, en zonas alejadas y sin acceso a las energías tradicionales", indicó Carla Seain, la subsecretaria de Coordinación Política.
Y agregó: "Si bien Argentina posee energías no renovables, es importante buscar alternativas que permitan diversificar la matriz energética toda vez que el país está comprometido con cuestiones relativas al cuidado del ambiente". En la actualidad, Argentina tiene instaladas 37 plantas productoras de biodiésel, con capacidad total de producción por cuatro millones de toneladas, el corte actual es de 10%. Y un total de inversión de US$1.500 millones.
"Hoy tenemos que pensar en dar impulso a la producción y uso de la agroenergía como estrategia a futuro y en crear un ámbito propicio que favorezca la diversificación productiva según las competencias que tengan las diferentes cadenas, de esta forma toda la cadena se verá beneficiada y dará capacidad de abastecer a los mercados mundiales", resaltó el subsecretario de Agregado de Valor y Nuevas Tecnologías, Oscar Solís.
La producción de bioetanol (a partir de caña de azúcar y cereales) tiene un corte actual del 8% y un gran potencial de crecimiento. Por otro lado, se informó que desde el Programa Probiomasa se relevaron una gran cantidad de proyectos a partir de residuos de la agroindustria, foresto-industria y de producciones pecuarias intensivas. Durante la jornada también participaron el director de Agroenergía del MAGYP, Miguel Almada; el subsecretario de Ciencia y Tecnología e Innovación Productiva de Misiones, Carlos Emilio Galian; además de José Luis Martínez Justo y Julio Menéndez, en representación de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER); Víctor Castro, de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO) y representantes del sector público: técnicos, evaluadores y especialistas de los Ministerios de Agricultura, de Planificación y de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, del INTA, del área de Producción Forestal, Agroenergía y de la Facultad de Agronomía de la UBA. Desde el sector privado estuvieron presentes las empresas Lipsia SA, SCS Global Services, Oil Fox y Las Camelias.