La vecina Norma González acudió a la Redacción de EL DIARIO para manifestar su preocupación por una complicada situación que asegura estar viviendo desde hace un par de meses con su nieto Carlos Cantón.
Ella misma relató que “el 5 de julio mi nieto, a quien crié desde los cinco meses, se cayó de una moto, chocó contra una planta y sufrió golpes por todos lados, caída de muchos dientes y hasta le quedó el omóplato fuera de lugar”.
“En ese momento no había terapia en el Hospital de Villa María, por lo que lo llevamos a San Francisco. Allí le hicieron una resonancia magnética y permaneció una semana internado, pero no lo limpiaron bien, le dejaron toda la cabeza llena de sangre”, amplió.
Seguidamente Norma contó que “lo volvimos a traer al Pasteur, donde fue internado en una sala común y ahí una enfermera lo higienizó muy bien, pero había que ponerle una prótesis”.
“La misma llegó unos días después, pero a medias, por lo que el médico que lo estaba atendiendo le dijo que en esas condiciones no podía operarlo. Cuando llegó la prótesis completa tampoco lo operaron y hasta el día de hoy sigo luchando todo el tiempo por Carlos”, indicó.
Preocupada por esto, la mujer confesó que “no sé si tendrá algo que ver que mi nieto es drogadicto, pero no sé qué es lo que consume porque soy su abuela. Yo reconozco que es medio rebelde y ‘bocón’, pero espero que eso no tenga que ver con que no quieran atenderlo”.
“Por esos días estaba internado el sobrino del Papa Francisco y toda la atención estaba puesta sobre él, quien ojalá se recupere bien, y lo nuestro pasó a un segundo plano. Quise hablar con la directora del nosocomio para preguntarle por qué no quería atender a mi nieto, pero ella estaba muy ocupada con la prensa y no me atendió”, manifestó preocupada.
“Soy una jubilada y soy lo único que tiene Carlos. El médico me dice que quiere trasladarlo a Buenos Aires, pero yo no puedo afrontar todos los gastos que eso implica”, sostuvo.
Casi al borde del llanto, Norma indicó “siento que mi nieto está librado a las manos de Dios. Va a perder un brazo y ahora está por perder una pierna. Lo veo llorar de dolor y eso me rompe el alma”.
“Apenas sufrió el accidente, él mismo le dijo al médico que se drogaba y tomaba alcohol, no mintió en nada. En medio de su estado de shock pidió que tuvieran cuidado con lo que le ponían en su cuerpo, reconociendo su problema con las drogas y las bebidas alcohólicas”, añadió.
Para culminar, González dijo que “el médico trata la situación como si fuera algo sin importancia, pero está por perder toda la parte derecha de su cuerpo. Carlos tiene mucho miedo, sufre de constantes dolores y hasta llegó a decirme que se quiere matar”.
“He criado a mi nieto desde los cinco meses, porque a su padre lo atropelló un auto y lo mató. Estoy sola en todo esto, nadie me da soluciones y yo ya no sé más qué hacer. No sé adónde ir a pedir ayuda. Lo mantengo a él y a su hijo, porque en estas condiciones no puede trabajar”, comentó.
Con la voz quebrada y su rostro inundado de lágrimas, sólo terminó esgrimiendo “estoy muy asustada. Le pido a Dios que me mande todo el dolor que Carlos está padeciendo, yo lo voy a soportar porque soy grande”.