Les escribimos para transmitirles nuestra indignación, para ver si ustedes, por medio de EL DIARIO, pueden moverle o agitarle la moral a los dirigentes políticos para solucionar una gran injusticia.
Somos empleados contratados de la Provincia de Córdoba, hace años buscamos ser llamados a concurso para poder ser nombrados en nuestros cargos, pero jamás obtenemos respuesta.
Sumado a esta problemática, lo que nos indigna es que más de mil empleados públicos provinciales nombrados hace más de una década que no van a trabajar, pero siguen cobrando el sueldo. Esto se debe a que desde hace años gozan de licencia con goce de haberes amparados en la Ley Provincial N° 7.697, arts. 21 y 23, de supuesto “fomento mutualista”.
En realidad, lo que ha logrado esa ley desde su sanción a la actualidad es que los “ñoquis mutualistas” se multiplicaran en todos los ministerios del Gobierno provincial. Más aún hoy en día, cuando las financieras se camuflan en mutuales.
Además, es muy raro que la “democracia interna de la mutual” deje afuera del directorio a un empleado público en uso de licencia. Por este motivo, “su mandato” se prolonga por años o décadas. Años o décadas en las que el pueblo de Córdoba debe seguir pagando sus sueldos con sus impuestos.
Es por eso que les pedimos que investiguen y saquen a la luz esta gran injusticia, ya que no tiene ninguna lógica ni moral ni razón que el Gobierno te pague un sueldo para que atiendas “tu quiosquito”.
Porque es obvio que los directivos de las mutuales no cobran un sueldo en blanco, sino que se reparten las ganancias, aunque no les llamen así. Plata se reparten.
Es por esta inmoralidad que nos da más bronca que nos nieguen el pase a planta permanente.
De esta norma, sancionada en la gestión Angeloz, se han aprovechado agentes y funcionarios, tanto radicales como peronistas-UPC, y calculamos que le genera al Gobierno una fuga de más de siete millones de pesos mensuales (con sueldos promedio).
Esta situación es injusta para el pueblo que mantiene a estos vagos con sus impuestos y para los miles de desocupados que mes a mes tienen que rebuscárselas como pueden para poder llevar el pan a su casa y que ni soñarían con poder tener un trabajo público.
Esperando un poco de la justicia que los medios de comunicación logran cuando se difunden estos hechos, los saludamos atentamente.
Grupo de empleados contratados del Gobierno de Córdoba