Las pulgas son algo más que molestas y desagradables, ellas se alimentan de la sangre de nuestras mascotas ocasionando no sólo un imperioso rascado en aquellos que habita, sino que al picarlos y succionar la sangre, pueden transmitirle bacterias, virus y parásitos que albergan en su interior.
Cómo son las pulgas
Las pulgas son insectos planos, sin alas, que miden entre 2 y 4 milímetros. Pasan por varios estadios durante su desarrollo: huevos, larvas, pupas y adultos.
Las pulgas adultas, apenas comienzan a alimentarse de sangre, ponen huevos -entre 200 y 300 en toda su vida- y los depositan en las hendiduras del piso, cuchas, camas, alfombras y hasta en el animal, aunque luego caen.
Más tarde pasan a la etapa de larvas y pupas, en la que se alimentan de excrementos de pulgas adultas y otros restos orgánicos que encuentran en el medio ambiente. En poco tiempo nace una nueva pulga, la cual sube al animal y comienza un nuevo ciclo. Si no lo encuentra y las condiciones son favorables, puede sobrevivir sin alimentarse varios meses a la espera de que pase uno.
Las personas que se ausentan de la vivienda por varias semanas, al regreso van a encontrar una carga de jóvenes pulgas dispuestas a alimentarse y si no hay ningún perro a la vista, pueden, incluso, picar a las personas.
Para su desarrollo necesitan alta humedad, temperatura templada y escasez de luz solar directa. El ambiente cálido en el interior de las casas resulta muy favorable. La primavera es la estación más propicia para que se multipliquen, aunque con inviernos cada vez más cálidos, las pulgas pueden aparecen durante la época de frío.
¿Qué enfermedades transmiten?
Entre las enfermedades que pueden causar las pulgas está la del parásito Dipylidium caninun. Cuando el animal se rasca con los dientes, puede tragar pulgas cargadas de parásitos, estos se liberan en el intestino y desarrollan la enfermedad. Su importancia radica en que puede transmitirse a las personas (Zoonosis), principalmente los niños que juegan con perros y, circunstancialmente, pueden ingerir pulgas infectadas y contraer esta parasitosis.
La pulga puede ser vector, además, de otro parásito de la familia de la Filaria, que sólo afecta a los perros, ocasionando problemas en la sangre y en el corazón de los mismos.
En infestaciones masivas en los caninos, puede llegar a producir anemia debido a la alta carga de pulgas.
La picadura en sí misma, sólo provoca irritación, dolor y picazón, pero si un perro es alérgico a la saliva de la pulga, se produce una reacción de hipersensibilidad llamada Dermatitis Alérgica a la Picadura de Pulgas (DAPP). Una sola picadura de pulga puede desencadenar esta reacción, que puede hacerse crónica si no se trata a tiempo.
Cómo combatir las pulgas
Si un animal infestado no recibe tratamiento, se convierte en fuente de contagio para otros animales y personas cercanas.
Hay que recordar que, en su ciclo de vida, sólo la pulga adulta vive en el animal y este período corresponde al 5%, mientras que el 95% restante de su ciclo vital lo hace en el ambiente, por lo que el tratamiento contra pulgas debe centrarse tanto en el animal como en el entorno donde vive, de este modo podemos cortar el ciclo y reducir al mínimo el número de nuevas pulgas que salten a la mascota.
Este punto es de gran importancia para el control de las pulgas, sin embargo, es donde mayores errores comete el propietario, debido al mal manejo, fallas en la aplicación de los productos, costos, falta de tiempo y mala predisposición. Es importante, por lo tanto, tener el asesoramiento de un veterinario de confianza para la elección correcta del antiparasitario externo, ya que depende de varios factores:
-Tipo de parásito a combatir.
-Tipo de acción del producto: eliminación o prevención.
-Poder residual.
-Especie, edad, raza y tamaño del animal.
-Hábitat o actividad de la mascota.
En el mercado hay numerosos productos con diferentes presentaciones:
-Baños o soluciones antiparasitarias.
-Talcos.
-Collares.
-Antiparasitarios sistémicos por vía oral o subcutánea.
-Pipetas de aplicación tópica.
-No debe aplicarse un producto que no esté destinado a la especie indicada, ya que puede ser tóxico, es decir, si es para perros, nunca aplicarlo en gatos y viceversa.
-Seguir de manera correcta las instrucciones de uso del producto por la seguridad del dueño y del propio animal, ya que puede resultar tóxico para ambos.
Las pulgas deben eliminarse desde el momento en que se detectan, evitando así que sean foco de enfermedades.
En cuanto al tratamiento ambiental, debe realizarse en toda la zona perimetral de la vivienda y lugares donde habitualmente se encuentra el animal; al mismo tiempo, debe hacerse el tratamiento sobre todos animales que conviven en el lugar.
Cómo se previene
La mejor forma de combatirlas es a través de la prevención.
Una mascota que vive en un departamento o casa donde no tiene acceso al exterior de la vivienda, tendrá menos posibilidades de tener pulgas que otro que deambula por la calle y se relaciona con muchos animales.
Hacer controles periódicos, especialmente al comienzo de la primavera-verano, revisando el pelaje del animal regularmente.
Limpiar periódicamente las camas, mantas, casita donde duerme la mascota y todo lugar donde puedan refugiarse las pulgas; en aquellos lugares no lavables como alfombras, sillones, etcétera, emplear la aspiradora.
Usar productos antiparasitarios para la prevención en la regularidad que el veterinario indique, para mantener a la mascota libre de pulgas y demás parásitos externos.
Con el correcto uso de estos productos, tanto sobre el animal como en el entorno donde vive en forma conjunta y, como siempre, con una buena higiene de su mascota y desinfección de su hábitat, evitará que la infestación por pulgas se instale en su casa.
Médica veterinaria
Gabriela Demilta
MP 3619