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Marcelo Alamo es recordado por un ex dirigido y amigo en una emotiva carta que envió a nuestra Redacción |
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Estimada Redacción de EL DIARIO:
“He llegado recientemente de viaje y mi padre me comentó la triste noticia de la pérdida de Marcelito Alamo. No puedo dejar de expresar mis sentimientos hacia él, hacia su hermana y, por supuesto, a su querido hermano Jorge, que espero pueda leer este pequeño homenaje de mi parte.
El fútbol y después la medicina nos mantuvo por alguna razón conectados con Marcelo durante más de 20 años; la última vez que estuve con él fue a fines de 2008, cuando me regaló en mi consultorio la actual camiseta de Newell’s y hablamos por supuesto de fútbol y más fútbol, hasta que mi secretaria se enojaba.
Conocí a Marcelo cuando tenía 10 años y recuerdo el miedo que le tenía; me llevó a jugar al baby fútbol para Bancaria -camiseta celeste- y me pasaba de altura siempre, por lo que cuando me medían me decía ‘flexioná las rodillas boludo, que si no no jugás’. Es que, había que ganarle a All Boys, nada más y nada menos que a su propio hermano, y esa era la meta en aquella época, competencia a muerte pero sana al fin.
Después seguí junto a él en la selección infantil de Villa María donde gracias a él conocí a muchos compañeros y dirigentes muy importantes en el ambiente, muchos de aquellos pibes fueron grandes jugadores en sus clubes y algunos a nivel nacional. Luego, en la primera de Colón de Arroyo Cabral, también lo recuerdo bien porque me quitó la cinta de capitán y se la dio al ‘Quiti’ Fernández. Después jugué para Ferro en Buenos Aires y recuerdo que Marcelo nos llamaba desde Villa María y nos preguntaba siempre si necesitábamos algo.
Alguna vez nos juntamos en Avellaneda a tomar un café con algunos pibes de Independiente con largas charlas de fútbol, por supuesto. Finalmente, la vida nos juntó nuevamente, yo como médico del deporte y a él como paciente, como consultor, como intermediario de otros pacientes, pero fundamentalmente como gran amigo. “El fin de semana te llevo a unos pibes para que me los veas” me decía, y ahí estaba a las 9 en punto sentado en la sala de espera, él, lo chicos y los papás de los chicos anticipándose a todos los demás pacientes.
Siempre me dijo que él era de Alem y de Colón, esos eran los clubes a los que le gustaba dirigir. Me decía que eran los únicos clubes de la Liga que le hacían sentir un técnico o lo que significaba ser técnico. Y no le critiquen a Horacio Guaraní, te sacaba del equipo al instante.
Con el tiempo la salud fue deteriorando su cuerpo pero nunca su espíritu, que permaneció intacto siempre.
No creo que en el ambiente futbolístico no exista una persona amiga de Marcelo o no, que no lo recuerde como era, cascarrabia, loco como pocos que he visto, trabajador incansable, amante del fútbol, capacidad única para romper las reglas, hincha de Alem y San Lorenzo, pero fundamentalmente yo voy a recordarlo como a aquella persona que dio gloria y alegría a pibes sin futuro.
Villa María y el fútbol de los pibes lo van a extrañar, él no tuvo hijos sin embargo portaba el don de ayudar a los pibes de otros. Mis queridos amigos ese don hoy es como el cóndor, está en extinción.
Marcelo estarás por siempre como ejemplo en mi memoria.”
Dr. Iván Bitar
Sanatorio Allende
Córdoba
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