“En este último tiempo la gente de Villa María se ha abierto mucho a las terapias alternativas, el interés ha aumentado en los últimos años y son más quienes optan por ellas”, afirma Nicolás Díaz, quien desde hace ocho años ofrece en la ciudad una amplia gama disciplinas de ese tipo en su local Namaste, en Ituzaingó 885.
Reiki, flores de Bach, cuencos tibetanos, masaje con piedras calientes, reflexología, yesoterapia, lectura de registros akashicos, musicoterapia, ya sea en forma individual o grupal, son algunas de las alternativas con las que los villamarienses deciden hacer frente a distintos tipos de problemas.
De entrada, Nicolás aclara que “son terapias complementarias”, por lo que “de ninguna manera se debe dejar de lado la medicina tradicional”, lo que las terapias alternativas hacen es, por ejemplo, “acelerar los procesos o disminuir los dolores”.
Según explicó, la mayoría de los que acuden por primera vez lo hacen con cierto desconocimiento, “vienen a buscar en las terapias alternativas la solución mágica” o con la intención de “hacer una sesión de algo y que se les vaya el estrés o los dolores, pero las terapias orientales llevan todo un proceso para producir el cambio”.
Sobre lo que motiva a las personas a inclinarse por intentar con este tipo de disciplinas, explicó que “la mayoría por lo que más acude es para lo que tiene que ver con cuestiones emocionales, de estrés, no tanto por lo físico, sino más por lo psicológico”, y, comentó, hay mucho interés “en aprender meditación o reiki para sobrellevar la presión laboral que muchas personas tienen”.
“Cada terapia es para algo distinto, aunque hay terapias que abarcan distintas ramas, porque lo que hacen es abarcar el cuerpo, la mente y el espíritu de una persona, y a partir de ahí producir una sanación en la parte física o mental de la persona”, detalló Nicolás, quien agregó que, por eso, “hay que buscar terapias que se adapten al modo de vida de cada persona”.
No hay un tiempo determinado sobre la duración de los tratamientos, sino que “depende de cómo lo asimile cada persona y de cuánto crea en que esto lo pueda ayudar”.
Una de las cosas que más llama la atención a la gente que se acerca a su local es la musicoterapia, que “son meditaciones grupales a través del sonido, por el que se sienten vibraciones que viajan por el cuerpo, es poco conocido, pero cuando lo conocen siguen queriéndolo hacer”.
Además, sin poder justificar a qué responde la tendencia, aseguró que el 90% de quienes lo practican son mujeres y a partir de los 30 años.