Escribe: Juan Manuel Gorno
Nuevo equipo y viejos fantasmas. Nuevas expectativas y viejas frustraciones.
Alumni cambió para iniciar este Federal B, pero empezó con una cara conocida, la del inocente que desaprovecha su costado más positivo para dejar que el visitante se vaya festejando, mientras deja flotando millones de interrogantes.
Con un jugador de más durante 60 minutos, aproximadamente, y un gol convertido en el arco del frente, parecía que la formación villamariense se quedaba con un triunfo vital para empezar con una sonrisa, pero defeccionó sobre el desenlace ante Atenas de Río Cuarto, que lo empató a los 43’ y le puso un poco más de justicia al partido con el 1-1 final.
El triunfo hubiese significado romper con un capricho nefasto de los debuts, ya que Alumni lleva más de cinco años sin ganar en su primer partido oficial del Consejo Federal (la última vez fue en 2008, en el Argentino A). Sin embargo, el golpe que aplicó Atenas sobre el final deberá servir para dejar enseñanzas. Porque a decir verdad, el “Fortinero” jugó mal, fue un equipo insulso, poco inteligente y de escaso poder de agresividad.
Claro que más allá de los problemas propios, mucho tuvo que ver la propuesta de Atenas, que llegó con una mayor decisión de presionar acertadamente y tocar con movilidad en tres cuartos de cancha para señalar diferencias en el juego.
Los primeros 20 minutos marcaron la tendencia, a pesar que la situación más clara que generó el visitante fue en el arranque mismo del partido, tras un tiro de esquina y una guapeada en el área que tuvo que neutralizar Nahuel Caler, sacando la pelota en la línea de sentencia, nada menos.
El buen trabajo de David Feldman, en la mitad de la cancha, para no dejar progresar a Sebastián Godoy, sumado a la alternancia en la marca de delanteros y volantes para tapar la salida de Javier Liendo y compañía, surtió efecto positivo en Atenas. De modo que la visita encontró más rápido la pelota y después estuvo atento en la posesión, llevado por el andar elegante de su 10, Alvaro Cuello, quien fue bien rodeado por sus compañeros.
Más allá de la presión rival, Alumni abusó del pelotazo desde el fondo, pero cuando tuvo el dominio en el medio, también careció de ideas para conectar con sus delanteros, que se mostraron imprecisos y se repitieron en chocar contra los centrales.
Así, la única acción clara que generó el equipo en los primeros 25’ llegó por pelota parada: Tras un corner, “Seba” Godoy hizo revolcar al arquero Testa con un remate al primer palo.
Esa jugada quizás despertó al equipo, que emparejó el encuentro, a pesar que debió sufrir cuando Atenas, tras una gran maniobra de Cuello y un cabezazo de Piris, provocó una buena atajada de Gerardo Godoy.
En el otro arco, la finalización de una jugada fue distinta: A los 28’, Manzanares, Chiocarello y Bolzicco se encontraron hasta que llegó el centro pasado que capitalizó Maximiliano Villa, llegando por atrás, para establecer el 1-0 con un toque de primera.
La alegría se sintió en el estallido de la gente. Alumni jugaba mal, pero ganaba. Y encima, en menos de diez minutos, Cuello -el mejor de la visita- le metió un codazo a Liendo y recibió la tarjeta roja directa. Cartón lleno.
A los 41’ , Chiocarello, con una mediavuelta y un zurdazo que salió cerca de un palo, daba cuenta del envión anímico que significaron los dos hechos (gol propio y expulsión del rival).
Con esos ingredientes, nada hacía presagiar otro capítulo flojo de Alumni para el complemento. Pero el equipo no estuvo a la altura.
Lógicamente, Atenas se la jugó, ubicándose más arriba en el terreno, batallando cada pelota, cortando los circuitos en el medio, con un delantero neto (Matías Urbano) y otro que bajaba hasta el círculo central para taponar a Liendo y compañía. Y Alumni careció de respuestas.
Si bien por momentos tuvo más la pelota, el equipo de Mazzola no tuvo una propuesta clara. Quedó en la duda si esperar para salir de contra o achicar adelante para asfixiar al rival. Y en la disyuntiva no le salió nada.
Al ver que Atenas lo podía lastimar (Torradi se lo perdió solo, a los 22’), Mazzola resolvió poner a Mikhail Colombo (en lugar de “Seba” Godoy) para conectar a los atacantes y desequilibrar arriba, pero la modificación no tuvo buenas consecuencias.
Alumni se dedicó a perder la pelota fácilmente y, al no generar situaciones ni mostrar seguridad, le dio vida a Atenas, que esperó el momento justo y, a los 43’, vio la luz del empate en los pies del experimentado Urbano, quien definió solo tras un pase desde la derecha.
No alcanzó con la correcta labor de Gozzerino y Manzanares (debutantes en la categoría); tampoco con el posterior ingreso de Germán Rivera ni con las ventajas antes expuestas.
Alumni desaprovechó un partido que podía haber ganado sin problemas. Y el punto le quedó sabor a poco.