Desde el puente Isidro Núñez, o más conocido como “puente Negro”, hasta el arco de cemento que indica el ingreso al barrio La Reserva, hay que transitar unos 150 metros de la calle Guillermo Roldán, un camino de tierra que se encuentra cada vez en peores condiciones.
“Se hace cada vez más difícil entrar al barrio, los pozos son enormes y están uno al lado del otro”, reclamó un vecino del mencionado barrio.
Recorrer el lugar es verdaderamente dificultoso, la cantidad de depresiones que tiene la gastada arteria es alarmante, pero también se observan profundas canaletas que complican el tránsito. Por ello es que la circulación por ahí debe hacerse a una velocidad mínima.
“Si ya es imposible transitar en estas condiciones, imaginate cuando llueve o después de una lluvia, que entre el barro y el agua no se pueden ver los pozos... directamente no se puede pasar”, apuntó el frentista.
El vecino comentó que han intentado realizar pedidos al municipio para lograr un mínimo arreglo de la arteria, pero sin éxito.