Sebastián Picatto está sentado sobre una caja, tocando canciones propias con su guitarra en plena Peatonal y con un termo y un mate como única compañía.
La mayoría ignoraba su presencia, como si se tratara de una pieza más dentro del paisaje urbano del casco céntrico de la ciudad. Otros, la minoría, frenaron la vertiginosa corrida de un jueves por la mañana para escucharlo al menos algunos segundos.
Era su primera mañana ahí; el día anterior decidió que quizá tenía que probar, “ver qué pasa” y, asegura, “no me está yendo tan mal”.
Llegó a la ciudad hace tres años desde Leones, tiene 29 años y es profesor de música, “también cursó algunas materias de la licenciatura, pero más que nada voy para hacer amigos, ja”.
La música puede ser un pasatiempo o un estilo de vida, lo difícil es tomar la decisión de elegir: “Hubo un mes que me empezó a ir muy mal, entonces me corté el pelo, que lo tenía hasta acá (se señala los hombros con la mano), mandé currículums y trabajé unos 15 días en una concesionaria de autos, pero me sentí atrapado... Renuncié porque sentí que era lo más honesto que podía hacer, volví a dar clases particulares de guitarra y decidí venir acá”.
Sebastián comenta que eligió ese día (un jueves), “porque conozco cuándo vienen los otros chicos, a los que siempre veo acá tocando y me freno a charlar un ratito”, comenta.
Mientras mira de reojo los billetes que la gente ya dejó dentro de la funda de su guitarra, asegura que “no tenía mucha expectativa, pero la verdad que me ha ido bien por ahora” y destaca: “La ciudad me encanta, la gente, la universidad, los que vienen de afuera y este es un hermoso lugar para tocar, así que seguro voy a volver”.
Sebastián viaja a Córdoba frecuentemente para juntarse con una amiga con quien pretende formar una banda, “ella tampoco tiene trabajo y estamos en la misma, es percusionista y ya tenemos alguno lugares donde tocar”, pero, en realidad, también expone otro deseo: “En realidad lo que me gustaría es poder grabar mis temas, sé que voy a volver a grabar”.