En la Jornada de Alfalfas realizada en el salón del Centro Rural Comunitario en La Playosa, días atrás, dialogamos con el ingeniero Edgardo Hijano, quien manifestó, que si bien la agricultura desplazó las alfalfas, el abandono de la ganadería tiene varias aristas: la conveniencia económica de la agricultura, la desaparición del querer trabajar en el campo, los bajos precios y la falta de análisis reales sobre el rédito de la ganadería en su real dimensión, cuando se la compara.
"El análisis que se realizó en estudios concretos, fue cuánto se gana en kilos de carne, plata de bolsillo, con el precio del novillo hoy, produciendo sobre alfalfa durante cuatro años. Y en zonas donde se pueden llegar a producir 7.000 kilos de materia seca, por hectárea por año, como en algunas zonas del sur de Córdoba y el norte de la Pampa, los valores están al 50% de lo que daría la agricultura", diagnosticó Hijano.
Indicó además que "los valores aproximados de pesos por hectárea (ha) por año, en cuatro años de producción de un lote, da como resultado 1.600 pesos/ha por año, contra los valores de soja, maíz o girasol a valores de hoy de 2.900 pesos, pero debemos considerar el factor 'fijación de nitrógeno', que suma a la producción alrededor de 1.300 a 1.400 pesos por ha/año".

Por implantación

"Tomando los resultados obtenidos en las peores zonas se comprobó que la alfalfa aportaba más de 200 kilogramos de nitrógeno por ha, siendo el promedio general con zonas óptimas de 300 kilos/ha por año", explicó el especialista.
Añadió que "si tenemos que comprar el nitrógeno, en urea para fertilizar el suelo que necesitamos para pasturas o agricultura, que en la suma de cuatro años de duración de la implantación suma alrededor de 3 mil pesos, equipara perfectamente y conservando el suelo, lo que redituaría la agricultura, y estamos produciendo sin hacer minería". "Por ello sostenemos que hay que prestarle atención a las ganancias, a los valores reales, ya que estos estudios fueron hechos estrictamente y están a valores de hoy", agregó.

Comparaciones

Sostuvo que "si medimos cuánta urea hay que agregar a los lotes si se retira la alfalfa, necesaria para cualquier cultivo, la suma es monstruosa, y midiendo los resultados en materia orgánica nueva acumulada, es más del doble de la que queda con otros cultivos".
"La expansión de los monocultivos acarrean consecuencias que luego lamentamos, como las inundaciones, como pasó en Oncativo hace algunos años, una de las primeras localidades en sufrir las consecuencias de los monocultivares", consideró Hijano.
Además, manifestó que "los cultivos de alfalfa en las zonas marginales, áridas o salitrosas, o en zonas de lluvias excesivas, no permiten su total desarrollo en potencial ofrecido por cada especie, y se enferman o enmalezan rápidamente, ya sea con caídas de hojas o pudrición en las raíces".

Su fertilidad

"La gran virtud de la alfalfa, fue dar fertilidad a todos los suelos del país", aseguró Hijano, a la vez que aclaró: "Si bien desaparecieron los 8 millones de hectáreas que hubo, ahora existen 5 millones y siguen dando ganancias superiores a los de la agricultura".
"La importancia de la alfalfa en la rotación, es muy grande, porque después de la alfalfa tendremos los suelos con materia orgánica, con nitrógeno gratis, optimizando los resultados para la agricultura ahorrando muchísimo dinero, ya que además de ahorrar en fertilizantes, ahorramos en el consumo de gas para producir la urea", dijo.

El Futuro de la alfalfa

Expresó sin dudas que "el futuro de la alfalfa es óptimo y el deseo es que lo sea para los productores argentinos, ya que en este momento, vienen empresas extranjeras a hacer sembradíos de alfalfa, que luego comprimen en pequeños fardos y exportan a precios muy altos a India, Japón, China, Corea, a mercados exclusivos".
"También hay productores que se dedican exclusivamente a la alfalfa, como un establecimiento de Colazo, dónde las 400 hectáreas de superficie están dedicadas a alfalfa que luego se convierte en rollos o fardos, cumpliendo las exigencias de calidad (proteínas no menos al 18%)", afirmó.
País productor

En los conceptos de Hijano, "la alfalfa puede ser más que un buen forraje, puede ser una producción rentable, que conserva el suelo, aporta nitrógeno y dará valor agregado a los posteriores cultivos agrícolas, es una producción sustentable con proyecto futuro, y debe haber políticas agropecuarias serias que fomenten su cultivo. Sigue siendo el forraje más barato y hay tambos que trabajan exclusivamente con alfalfa, sin suplementos dietarios obteniendo excelentes resultados. La genética sigue avanzando y en el mercado existen variedades de acuerdo a la necesidad de cada productor".


Algunas recomendaciones
Cómo mantener los alfalfares
Pero el ingeniero además recomendó: "A la alfalfa hay que tratarla bien, hay que incorporar técnicas que usan en otros países, como Estados Unidos por ejemplo, que ante cada corte, evalúan cantidad de materia seca obtenida y cantidades de fósforo, nitrógeno, calcio y potasio que se lleva cada corte, y lo reponen, sería bueno incorporar estos conceptos".
"Corregir el PH de las alfalfas, también es fundamental, después de 5,50 a 6 de PH, la producción declina, ya que las alfalfas no resisten suelos ácidos y deja de comportarse como marca su potencial, y la fijación de nitrógeno, también se viene abajo.
Tener claro lo que el animal necesita y que se le está ofreciendo de alimento, es tener en claro la ganancia a obtener en kilos de carne o litros de leche, ya que siempre será en función del forraje, de la digestibilidad de la materia seca con la que se alimente, teniendo en cuenta esta serie de componentes para que lo aproveche mejor el animal". "Optimizando la producción de alfalfas, se optimiza el sistema ganadero y lo hace más rentable", concluyó Hijano.