Disconformes con la sanción impuesta, familiares de Mayco Emmanuel Pérez insultaron a funcionarios judiciales y medios de prensa al enterarse que el joven había sido condenado a siete años de prisión tras ser declarado culpable de todos los delitos que se le atribuían.
Entre lágrimas y gritos, las seis personas que presenciaron la instancia final del juicio generaron algunos disturbios en el quinto piso de los Tribunales locales, aunque los incidentes no pasaron a mayores.
Presas de un ataque de nervios, la madre, la novia y una hermana de Pérez no pudieron contener el llanto y se retiraron del Palacio de Justicia visiblemente abatidas por el fallo condenatorio.
En la segunda y definitiva audiencia de debate, sólo restaba escuchar la “última palabra” del acusado como paso previo al veredicto, ya que el lunes se incorporó la totalidad de la prueba y tanto la Fiscalía como la Defensa habían pronunciado sus alegatos, solicitando entonces penas de siete años y tres años de cárcel, respectivamente.
Ni bien se reanudó el proceso oral, el juez René Gandarillas le concedió a Pérez la posibilidad de expresarse antes de pasar a deliberar para dictar sentencia. Sin embargo, el joven no dijo nada, por lo que se dispuso un cuarto intermedio.
Momentos más tarde, cuando se estaba dando lectura al fallo, los familiares del joven convicto no pudieron contener las lágrimas y fue entonces cuando se produjeron los incidentes verbales. Hubo gritos e insultos contra los presentes, en particular los fotógrafos y camarógrafos que estaban realizando la cobertura periodística del juicio.
La crisis nerviosa de las mujeres continuó en el pasillo del quinto piso y siguió en las escalinatas de acceso al edificio de calle General Paz, aunque sin que se registraran daños de ningún tipo, por lo que no fue necesaria la intervención policial.
Culpable de todo
De acuerdo con la sentencia, cuyos fundamentos se darán a conocer dentro de 15 días, Mayco Pérez fue declarado culpable de todos los delitos que se le endilgaban: “robo calificado por uso de arma (blanca), agravado por la participación de un menor” y “robo simple”, “amenazas”, “daño”, “desobediencia a la autoridad” y “resistencia a la autoridad”.
Fue así que se le impuso la pena de siete años de prisión, accesorias de ley y costas, tal como lo había requerido el fiscal Francisco Márquez el lunes, en ocasión de formular sus conclusiones.
La “condicional”
Como se trata de un convicto primario, porque la de ayer fue su primera condena, Pérez deberá completar los dos tercios de esos siete años para, recién entonces, solicitar el beneficio de la “libertad condicional”. Para ello tendrá que observar buena conducta y sortear con éxito una pericia psicológica que determine que está en situación de reinsertarse socialmente.
Si cumple con ambos requisitos, Pérez podrá salir de la cárcel el 21 de septiembre de 2017, fecha en la que cumplirá los cuatro años y ocho meses necesarios para alcanzar las dos terceras partes de la condena, ya que se encuentra detenido desde el 21 de enero de 2013.
Mayco Pérez tiene 22 años de edad (15 de agosto de 1992) y registra último domicilio en barrio La Calera, detrás del cementerio. Actualmente se encuentra alojado en el penal de Bouwer, próximo a la ciudad de Córdoba, aunque es probable que en los próximos días sea trasladado al Establecimiento Penitenciario Nº 5, sito en barrio Belgrano de Villa María, para estar más cerca de sus familiares.
Llegó a juicio acusado por varios hechos, aunque el más grave de todos -a la postre el que derivó en su detención- se produjo el 19 de enero del año pasado, cuando junto a un adolescente de 16 años asaltaron a dos jóvenes que se estaban bañando en la zona del Arenero (una playa ubicada detrás del barrio Vista Verde) y les sustrajeron una motocicleta.
Con una navaja
Para consumar el atraco, Pérez y su cómplice golpearon a sus circunstanciales víctimas y las intimidaron con una navaja que portaba el menor en cuestión.
Dos días después y tras una serie de averiguaciones, la Policía allanó la casa de Pérez, donde encontraron partes de la moto (había sido desarmada íntegramente y se la identificó por el número del cuadro y otras piezas). Asimismo, durante el procedimiento el joven ladrón se resistió al arresto.
El mismo día del asalto en el Arenero, ambos delincuentes se habían apoderado de unos lentes de sol y del estéreo de un automóvil, luego de romper un vidrio del rodado. El equipo de sonido fue encontrado cuando se allanó la vivienda.
Además, Pérez estaba acusado de haber efectuado un disparo de escopeta contra la fachada de una vivienda ubicada en barrio Las Acacias, ocupada por una familia de apellido Córdoba, hecho por el que se lo juzgó y condenó como autor de “amenazas” y “daño”.