Sofía Toribio, licenciada en Pintura en la UNiversidad Nacional de Córdoba, fue una de las artistas villamarienses convocadas por el Deliberante para brindar su punto de vista y hacer sus aportes al texto de la ordenanza, aunque, desde luego, el Concejo se guardó para sí la prerrogativa de tomar o no los aportes de los artistas.
En diálogo en este medio, la joven creadora manifestó:
“Como profesional me parece espectacular la iniciativa, pero no puedo evitar recalcar que allí hay dos conceptos que me preocupan, y creo necesario definir para la aplicación de esta ordenanza: obra de arte y artista local. ¿Qué es una obra de arte? ¿Quiénes son los artistas locales? ¿A quién recurre quien compra una “obra”?, se plantea Toribio, para abrir el debate.
“Si, por ejemplo, yo hago un edificio, y mi hermana pinta lindo, pongo un cuadro de mi hermana y listo, me dan el final de obra. Tengo una obra de un artista local, porque vive en Villa María, así mi hermana se dedique a otra cosa (cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia).
Acá hay un punto crucial y que va a definir si esta ordenanza realmente apoya el desarrollo del arte local, o sólo simula hacerlo”, manifestó la artista.
“Me parece mejor hablar de ‘profesionales del arte’ que de ‘artistas’, porque artista es el ‘hacedor de arte’ y ¿qué es el arte? Eso es algo que no podemos definir tan fácilmente en la actualidad y discriminar ‘esto sí’, ‘esto no’. Pero hay algo que sí podemos corroborar que es si una persona se dedica de manera profesional a las artes visuales, que lo diferencia de alguien que lo hace por hobby. Esa diferencia me parece fundamental, porque la nuestra es una profesión, no un hobby, y que se valore como tal es la base para promover el desarrollo del arte”, profundiza la joven.
“Este punto va mucho más allá de esta ordenanza particular, porque si desde el municipio se promueve esta valorización y reconocimiento de la profesión, se supone que los espacios públicos que necesiten una ‘obra’, llamarán a profesionales y pagarán ese trabajo a un precio digno. Me preocupa particularmente aclarar el tema de la profesión, porque es muy común escuchar ‘¿cuándo me vas a regalar un cuadro?’, ‘¿no te gustaría donar una obra para tal cosa?’, ‘¿no me prestás un cuadrito para colgarlo en el local? y a vos te sirve porque lo ve gente’, ‘te presto este espacio para que hagas una obra y te sirva de promoción’… No. Es mi trabajo. Es un trabajo. ¡No lo regalo!
Esto también tiene que ver con que mucha gente que produce ‘objetos visuales’ regala su ‘trabajo’ (entre comillas, porque si lo regalás, ¿qué clase de trabajo es?). Entonces hay que ser cuidadoso, porque quien regala una ‘obra’, no pretenda después que se la paguen. Lamentablemente, esto afecta a todos los que producimos dentro de las artes visuales, porque así uno cobre por su trabajo, si tus colegas lo regalan, se está acostumbrando al público a no pagar por ese trabajo”, señala Toribio, ampliando el debate.
Por otra parte, la joven no se limitó a opinar como artista y parte directamente interesada en el proyecto, sino que también brindó su mirada como villamariense, como habitante de la ciudad.
“Como vecina de la ciudad de Villa María creo que éste puede ser el inicio de una propuesta, que no sólo apoya la producción de obras de arte local, sino también la educación. No es lo mismo transitar por un espacio en el que hay obras de arte, que por otro que no las tenga. Que el arte te rodee, se vuelva cotidiano, lo hace más próximo, menos ajeno.
Aparte, el hecho de que los consorcios, los particulares o el municipio compren una obra, va educándolos en el valor que ese objeto tiene. En un momento socio-cultural en el que casi todo se mide por su valor económico, saber cuánto sale una obra hace que la gente la valore, porque tuvo que gastar ese monto de dinero en ella, también eso hace que las vayan a cuidar (la conservación es otro tema que hay que tener en cuenta, pero no quiero ser tan extensa).
Con un grupo de colegas hemos presentado al Concejo Deliberante de Villa María una serie de recomendaciones para regular este hecho particular y algunos otros. Personalmente creo que es fundamental que cuando se trata un tema (como es la ordenanza que regula la posesión de obras por parte de los edificios, en este caso), se consulte y escuche a quienes se ven afectados y, mucho más, a quienes se supone que se está apoyando, para que ese apoyo sea real. Muchas veces desde fuera, o desde otras profesiones, uno supone lo que podría ser mejor, y cuando hablás con quienes están involucrado en el tema, te pinta un panorama totalmente diferente.
Sean o no concretadas nuestras propuestas, el hecho de que nos hayan escuchado ya es importante, además de que ha sido un puntapié para empezar a trabajar como grupo y plantear otras problemáticas o posibles soluciones a cuestiones vinculadas a las artes visuales locales.