Un remisero villamariense fue procesado por la Justicia local, acusado de haber maltratado física y psicológicamente a un menor con capacidades diferentes durante los viajes en los que trasladaba al niño desde su casa hasta la Escuela Especial 20, donde cursa la primaria.
Néstor Eduardo Alves, de 43 años de edad, fue imputado por el fiscal Gustavo Atienza como presunto autor de los delitos de “lesiones leves” y “amenazas” en perjuicio de un chico de 9 años que padece trastorno generalizado del desarrollo.
El caso fue denunciado por los padres de la criatura el jueves 28 de agosto, quienes se presentaron en la Comisaría de Distrito con elementos de prueba que complican seriamente la situación procesal del remisero, al que venían contratando desde hace unos tres años para llevar a su hijo desde la vivienda familiar, ubicada en la zona sur de la ciudad, hasta el establecimiento educativo sito en bulevar España y Rawson.
Según pudo saberse, los denunciantes advirtieron una serie de cambios en la conducta del niño en los últimos dos meses, por lo que comenzaron a indagar sobre el proceder de Alves. Fue así que obtuvieron algunas pruebas con las que finalmente concurrieron a la Policía, las que al día siguiente (viernes 29) fueron entregadas en la Fiscalía de Instrucción del Segundo Turno, Secretaría de Guillermo Picco.
La detención
Apenas tres días después, es decir, el lunes 1, Atienza libró una orden de detención que se cumplió en horas de la tarde, cuando personal policial detuvo al remisero en su casa de Junín 2391, en barrio Nicolás Avellaneda, e incluso se procedió al secuestro del vehículo, un Chevrolet Corsa que está afectado al servicio de remises de una empresa local.
Alves estuvo detenido dos días y fue excarcelado el miércoles 3, luego de que asumiera su Defensa el abogado Juan Antonio Rusconi.
Por el momento, la familia del niño no se constituyó en la causa como querellante particular, aunque no se descarta que pueda hacerlo en los próximos días.
De acuerdo con los datos obtenidos por EL DIARIO, los maltratos se habrían producido durante julio y agosto, cuando el niño era transportado desde su casa a la escuela, e incluso a otro centro terapéutico de Villa María, al que suele concurrir para ser tratado por su problemática.
Los hechos que se le atribuyen a Alves alteraron sustancialmente la conducta del menor, lo que puso en sobre aviso a los padres, quienes lograron obtener las pruebas que luego presentaron ante la Justicia para su valoración.
Como los delitos que se le imputan son excarcelables, el remisero (quien no registra antecedentes) pudo recuperar la libertad, aunque el proceso penal sigue su curso y es probable que llegue a juicio oral en los próximos meses.