Un hombre fue apresado el jueves por la noche, pasadas las 22, en la cortada Garibaldi. Se trata de un cordobés de 38 años, a quien se lo vincula con el intento de robo a la escribanía de Graciela Sgró, ubicada en la mencionada calle al 261.
Según manifestó la Policía, el detenido, procedente del barrio Villa Páez de la capital provincial, tiene varios antecedentes judiciales.
Al parecer, el sujeto en cuestión habría forzado una ventana, lo que activó la alarma. No obstante, el hombre accedió al inmueble y desconectó los sensores. Luego, volvió a salir a la calle y se quedó merodeando en las inmediaciones, a la espera de comprobar si la Policía reaccionaba.
En ese ínterin, desde la central de alarmas de ADT se comunicaron con Yanina Colazo, secretaria de la escribanía, y con la Policía.
Colazo, a su vez, llamó inmediatamente al escribano Agustín Girotto, que trabaja en la misma oficina y vive a cinco cuadras del lugar del hecho.
“En cinco minutos estuve en la escribanía. Cuando llegué, me crucé con un hombre bajito, que estaba en la vereda. Nos miramos. Sentí desconfianza y cierto temor. En eso veo que un patrullero dobla por Mendoza, a contramano, hacia la escribanía. Eso puso incómodo al hombre, que me preguntó adónde quedaba la Terminal. Le señalé la dirección y en ese momento vi que llegaba, desde Entre Ríos, otro patrullero”, narró Girotto a EL DIARIO.
Cabe consignar que la cortada Garibaldi está comprendida entre las calles Entre Ríos y Mendoza y de noche es poco menos que una boca de lobo. Hay muy poca iluminación, lo cual lo convierte en un terreno propicio para los ladrones; especialmente porque hay varios comercios en el sector.
“Con un patrullero a cada lado, el hombre se vio rodeado. Yo me acerqué a un policía para abrirle la puerta de la escribanía y le dije que cuando llegué me había encontrado en la vereda con ese hombre, que me pareció sospechoso. Lo detuvieron. Tenía una mochila y un par de guantes, nada más”, explicó Girotto.
El escribano manifestó también que no faltaba nada y que, salvo las computadoras, en la escribanía no hay nada para robar; no hay dinero en efectivo, sólo papeles.
El detenido quedó alojado en la Comisaría de Distrito, a disposición de la Fiscalía de Turno.