El 16 de junio, el Instituto La Santísima Trinidad de Hernando, perteneciente a la Diócesis de Villa María, “despide discriminatoriamente a una maestra con 17 años de servicios en el instituto”, denunció el abogado Fernando Benso, defensor de la damnificada, Silvia Elizabeth Miglietta, maestra de Artes Plásticas y Visuales.
Según Benso, el 2 de junio la Junta Médica Provincial de la localidad de Villa María le dictamina a Miglietta "tareas pasivas por el plazo de un año a partir del 7 de junio por las enfermedades padecidas".
Por tal motivo, el mismo día cursó nota al representante legal del Instituto, Miguel Prámparo, "informando lo dictaminado por la Junta Médica y el 6 de junio se le informa que debía concurrir con todos sus estudios a un médico de contralor para que verificara la existencia de la incapacidad por las enfermedades padecidas". "El 11 concurre al médico de contralor del instituto, Ignacio Bruno, quien luego de analizarla y ver toda la documentación correspondiente, le informa que efectivamente el colegio debía darle tareas pasivas y que, una vez efectuado, le remitiría copia de su dictamen", narró el letrado.
Sin embargo, contó que "cuando el 16 de junio concurre personalmente al instituto a ver desde cuándo comenzaría a realizar tareas pasivas, el contador del colegio, Horacio Costamagna, la cita a la sala de Dirección y le comunica que no le darían tareas pasivas porque al colegio, como empresa, no le convenía tener a docentes en tareas pasivas y que la despedían, por lo que debía retirarse inmediatamente a su domicilio, que luego le llegaría el telegrama y le pagarían la indemnización que ellos consideraban correspondiente".
Lo que llegó a casa de la maestra fue una carta documento, con fecha 16/06/14, "informándome que, en virtud de mis enfermedades y de lo dictaminado por su médico de contralor, realizaron un análisis racional y como no tenían tareas pasivas, me despedían", dijo Miglietta.
Benso asegura que "el despido es discriminatorio, ya que la Junta Médica Provincial no había dictaminado cuáles eran las tareas pasivas que la docente podía efectuar, razón por la cual no podían saber si tenían o no tareas pasivas en el instituto". Además, el abogado toma palabras de los docentes que presentan nota a los directivos (ver "Repudio de compañeros"), donde aseguran que existen tareas pasivas. Por lo tanto, indicó que "ya se han efectuado las denuncias correspondientes en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y obran bajo el expediente Nº 2113/14 en espera de resolución. También se ha iniciado una demanda judicial por discriminación y para procurar el pago de las indemnizaciones por despido incausado ante los Tribunales Ordinarios de Río Tercero".
¿La directora quiso engañar a la docente?
"Como si el despido fuera poco, a esto se le suma el actuar de la directora del instituto (Susana Piazza), quien el 3 de julio se apersona en el domicilio de la maestra con la supuesta pretensión de hacerle firmar el aguinaldo. Ante esta situación y no saber qué pretendía hacérsele firmar, la maestra me llama y entonces advierto que, además del aguinaldo, la directora pretendía, mediante ardid o engaño, hacerle firmar una liquidación final de haberes no consentida, abonándole tan sólo un 15% de lo que realmente le correspondía", confió Benso en diálogo con EL DIARIO.
Explicó, además, que en comunicaciones con el representante del instituto, Prámparo, "manifestó en reiteradas oportunidades que las decisiones no eran de él, sino que las tomaba el padre Manavella, de la Diócesis de Villa María".
Por último, el defensor de la maestra manifestó que "las tareas pasivas también son trabajo. El hecho de que el colegio pueda aceptar o no a la docente es una falsa atribución que se emplea arbitrariamente por quienes tienen la dirección y representación de los colegios. Hay numerosos proyectos legislativos que establecen un número de docentes que debe aceptarse con cambio de funciones por turno y en base a ello asignar destino para evitar así la discriminación que muchos docentes sufren, ya que son rechazados por directores o representantes legales, incluso cuando en muchos casos no son los que abonan los salarios, situación que se produjo en este caso, donde el docente por determinación de la Junta Médica Provincial podía ir a dos años de tareas pasivas a cargo del Estado provincial y, no obstante, el colegio decide despedirla. Los tareas pasivas también son trabajo y los docentes con enfermedades deben ser tratados dignamente".
Repudio de compañeros
Tres días después del despido, un grupo de docentes del mismo establecimiento educativo envió una carta de repudio por esta actitud a los directivos (Susana Piazza y Verónica Delgado, de Nivel Inicial y Primario) y al representante legal, Miguel Prámparo, manifestándose "dolido y perplejo" por la situación generada.
Expresó, además, que considera "que todos los docentes tienen los mismos derechos que cualquier trabajador, más allá de sus propias concepciones, que apuntan al crecimiento de una empresa propiamente dicha, que sólo persigue el brillo económico y que no tiene en cuenta el aspecto humano, como valor fundamental y sobresaliente que debería enaltecer a esta institución como escuela católica".
Marca que "cada uno de los maestros, docentes, educadores y pedagógicos que aquí nos desempeñamos dio mucho más que cualquier trabajador que sólo cumple una jornada horaria" .
"Que desde el inicio de nuestras actividades en la institución católica, nos desempeñamos sin cuestionamiento alguno al tiempo extra, la asistencia a eventos extracurriculares, la realización de tareas especiales para actos y eventos, etcétera, incluso asistiendo a la escuela estando enfermos, pensando en el bienestar de los alumnos porque nos sentimos seguros de que vale la pena el esfuerzo.
Sin embargo, atentos a lo sucedido, hoy ya no pensamos lo mismo... Nuestra compañera Silvia Miglietta dejó de ser útil al frente del aula y no por capricho, sino por recomendación profesional, pero no así para otras funciones, porque siempre hay algo para hacer en todo establecimiento que educa a personas", indicaron los firmantes.
"Insistimos, no estamos de acuerdo", claman en otra línea de la misiva, para finalmente marcar que se abocarán al trabajo reglamentado con quite de colaboración para tareas extras que no son remuneradas y solicitar "por escrito, todas y cada una de las reglas internas que maneja esta institución, incluso que sea de conocimiento público el Estatuto del Docente Privado".