“Esperar, sólo nos queda esperar”, dijo, notablemente compungido, Jorge Rossetto, el padre de Enzo, quien desde la semana pasada se encuentra internado en el Hospital Pasteur.
Enzo Rossetto tiene 14 años, y desde enero de 2013 lucha contra un tumor cerebral (carcinoma de plexo y un tumor cerebeloso). “Se ha complicado, ‘Encito’ ha desmejorado mucho desde el lunes pasado”, describió su papá.
Actualmente “está con oxígeno, le tuvieron que hacer una vía central para poder pasar suero, porque no tiene más venas”, mencionó Jorge. La situación del joven villamariense es delicada, “no come hace una semana, y no tiene sentido ponerle sonda porque sería mortificarlo más de todo lo que ya ha pasado”.
Desde hace tiempo Enzo recibía tratamiento de quimioterapia y radiocirugía localizada en Córdoba capital, pero “lo trajimos al Pasteur porque la atención que tenía en el Hospital de Niños es la misma que pueden darle acá, muy buena”, reconoció Jorge.
Es doloroso interpretar de los dichos de su padre que por Enzo sólo queda rezar: “Esperar, los médicos dicen que hay que esperar. Que no hay esperanza de evolución porque él ha venido desmejorando muy mucho, y lo que se puede hacer parece inútil”.
“Tiene muy comprometido todo el sistema nervioso, porque donde él tiene el tumor justo es lo que maneja el latido del corazón, temperatura, deglución, vista, oído. Lo último que se le dio fue la leche preparada, y también la devolvió, eso fue hace dos días, es como que su organismo no tolera más”, dijo, con vos apagada.
Solidaridad
En la página de Facebook “Todos por Enzo”, continuamente se difundían las campañas para recaudar el dinero necesario para que Enzo pueda realizarse los tratamientos, pero también para poder sostener a la familia, ya que Jorge hace desde 2013 que no tiene trabajo y que se mantiene al lado de Enzo.
“Trabajo en forma independiente, pero en este momento no tengo empleo, no puedo hacerlo para estar al lado de él, las pocas salidas son para ir a casa, mover los chicos al colegio y volver a estar con él”, mencionó.
“Económicamente no estamos bien, pero no queríamos pedir nada, hicimos polladas para sostenernos una semana y vivimos de la ayuda de la iglesia y de gente que a través del Facebook nos acerca mercadería”, resaltó Jorge, quien también tiene otros cuatro hijos.