Desde la Dirección de la Escuela del Trabajo lamentan que esta polémica “opaque todo lo que estamos haciendo por los festejos del aniversario”.
La directora, Myriam Saura, acompañada por una de las vicedirectoras, Mónica Scarafía, dialogaron con EL DIARIO, dando cuenta de que ellos hicieron la convocatoria como es habitual, para ocupar ese lugar en la institución que necesitaba cubrirse con personal.
“Esto ya no está en la escuela, hablen con el inspector, que es el que explicó tanto a la docente que reclama como a los periodistas que lo consultaron”, dijeron.
Sólo señalaron que en la institución educativa, hicieron el procedimiento corriente para estos casos. “Quedó el cargo vacante y pedimos autorización para la cobertura. Cuando la obtuvimos, llamamos a inscribirse y como es un cargo titular, se anotó muchísima gente”, informaron.
Aseguraron que hicieron el Movimiento de Altas y Bajas (MAP) por el sistema electrónico “pese a que la profesora Gigena diga que lo hicimos manual. Eso es imposible,ya que sólo se hace el web MAP”, informaron.
Pero después de todo ese procedimiento, se encontraron con que era imposible que una mujer esté como preceptora en un internado de varones. “Ya se lo habíamos adelantado”, aclararon, pero al parecer no encontraron la vía legal para que los hechos no se sucedieran así (ver nota con el inspector de Escuelas Técnicas).
La norma
“Hay una Resolución, la 261/90, que en su artículo 2, punto D, dice expresamente que para ser preceptor de internado ‘se debe ser del mismo sexo del que corresponda al alumnado’ ”. Asegura que, pese a que no existe más la figura de “preceptor de internado”, ese artículo aprobado en 1990, tiene plena vigencia.
Finalmente, este medio le preguntó cómo se sentían, como mujeres, piloteando esta situación.
Contestó Saura y adhirió Scarafía: “Me voy a llamar a silencio. Prefiero no invadir con mi subjetividad nuestros cargos, que ganamos por concurso”.