Adriana Gigena, docente de esta ciudad, sigue reclamando su lugar como preceptora en la Escuela del Trabajo, pero aún no tiene respuestas.
EL DIARIO publicó su historia: ella accedió al cargo por estar primera en la lista de mérito, pero la impugnaron por ser mujer.
Eduardo Grosso, inspector de Educación Técnica en la Regional Sureste, admitió que el error estuvo en la convocatoria y se originó en la misma escuela.
“Yo todavía no me había hecho cargo de la inspección -asumió el 22 de agosto- pero sé que publicaron la convocatoria para cubrir un cargo de preceptor”, explicó.
Para ese cargo (el de preceptor, a secas), es indistinto que sea mujer o varón quien se inscriba, lo que habilitó a Gigena y a otras mujeres a anotarse.
“Lo de la profe Gigena ya está”, dijo Grosso a EL DIARIO. “No hay forma de que pueda entrar una preceptora en un internado de varones. Si se produce el cargo de preceptor de aula no habrá problemas”, agregó.
Grosso señaló que la docente puede realizar los reclamos que crea pertinentes, pero que, como autoridad, la inspección decidió volver a hacer la convocatoria para el cargo y sancionar a la secretaria que hizo la publicación errónea.
En base a esa decisión, debieron hacer un segundo llamado a cubrir el cargo, pero también se equivocaron, informó Grosso.
El tema es que no hay una figura legal que encuadre expresamente en lo que es el rol de preceptor del internado.
“Es por eso que hay que hacer el llamado para preceptor de albergue por 27 horas. Si no se hace la aclaración de las horas, se entiende que es el cargo para preceptor de albergue en escuelas rurales, no técnicas, que es una tarea que demanda 40 horas semanales. La segunda convocatoria que hicieron en la Escuela del Trabajo era para preceptor de albergue, sin ninguna otra precisión y por eso también estuvo equivocada”, puntualizó Grosso.
Para descomprimir el conflicto generado, Grosso dijo que esta confusión también se dio en otras escuelas. “No llegó a ese extremo, pero en el IPET 51 de Marcos Juárez pasó lo mismo, y la mujer que quedó primera tenía una diferencia de puntaje impresionante con el primer varón”, dijo.
La diferencia en este caso es que esa mujer no llegó a desempeñarse como preceptora en el internado, lo que sí ocurrió con Gigena. “Es una barbaridad, no sé por qué dejaron que transcurrieran las cosas. Yo soy respetuoso de los derechos laborales, lo consulté con el gremio y coinciden conmigo. No puede una mujer estar en el internado de varones”, concluyó.