Hace 20 días, EL DIARIO dio a conocer la situación por la que atraviesa Carina Tissera, una joven cordobesa que llegó desde Río Segundo a Villa Nueva con sus cuatro hijas y una promesa de trabajo, pero que nunca existió.
Desde el 25 de agosto, noche en la que arribó a la ciudad y quedó al desamparo del abrigo que podía darle la plaza a ella y a sus hijas, Carina duerme en medio de una cocina, donde tiró un colchón y pasa las noches allí con sus nenas de 3, 8, 11 y 13 años.
Si esta mujer de 36 años no está en la calle, es porque Marcela Loza decidió abrirle las puertas a una desconocida y ofrecerle lo único que tenía a su alcance: un techo.
El inconveniente surge porque, a poco de cumplirse un mes desde que Marcela dio contención a esta madre y sus hijas, Carina puede volver a quedar en la calle.
La búsqueda no termina
Marcela vive con su esposo, sus tres hijos y su padre. Seis personas que sumaron a otras cinco (Carina y sus hijas) y que actualmente conviven bajo el mismo techo.
La solución fue netamente temporal. Si bien Carina hoy no pasa sus noches en la plaza, la búsqueda de un lugar sigue siendo intensa e igual de frustrante que desde que arribó.
Marcela explicó que a fin de mes ella y su familia deben mudarse de hogar, por lo que, más allá de cualquier intención solidaria, no van a poder seguir dando asilo en la nueva casa. Esta situación vuelve a sacar a la luz un problema que Marcela había tapado temporalmente con sus buenas intenciones.
“Estamos buscando por todos lados, no consigue adónde ir”, contó Marcela. “Fue a la Municipalidad, habló con la asistente social del municipio y le hicieron un papelerío para ver si la pueden ayudar con 500 pesos todos los meses, pero lo que ella necesita es un lugar para vivir con sus hijas”, recordó, y apuntó: “Eso fue al principio, después no vino más nadie”.
“A mí la verdad que no me sobra el lugar en casa, ella está durmiendo en un colchón que le regalaron y que tiramos en la cocina, con las cuatro nenas, todas juntas”, describió Marcela, quien además admitió que “creíamos que iba a ser algo temporal, pero ahora nos dimos cuenta que nadie va a hacer nada por ella y lamentablemente no podemos seguir dándole un techo cuando nos mudemos”.
Marcela contó que “vino gente que está en la política, le han donado cosas, pero nadie tiene una solución”.
También mencionó que los vecinos han mostrado su solidaridad y le han donado distintos tipos de cosas a Carina, como el colchón donde duerme, que se lo ofrendó un policía. “Le han regalado muebles, una cocina, lavarropas, un modular, pero no tenemos donde ponerlos acá, también ropa y mercadería, pero nadie le va a regalar una casa, esa solución se la tienen que dar políticamente, no la gente”.
Dos de las hijas de Carina están asistiendo a la escuela y otras dos a guardería, aún está en búsqueda de trabajo y, para colmo, una asignación que cobraba desde junio han dejado de pagársela. “Sé que han iniciado los trámites para que cobre algo así como una asignación, pero el problema es que ella va a volver a quedar en la calle”.