El domingo 7, a las18.30, el Teatro La Llave desplegó en su escenario una serie de poemas y textos breves, en los que mostró la capacidad teatral y creativa de un importante grupo dirigidos por María Cristina Soave. Ellas son algunas de sus exalumnas, “Profesoras de Declamación y Arte Escénico”: Laura Aráoz, Ana María Collins, Laura Frezzi, Angeles Lombardi, Evelyn Oliva, María Elsa Pussetto, Estefanía Rodríguez, Ma. Emilia Yemma, y la intervención de la propia María Cristina.
María Cristina es una forjadora de quimeras, más que una productora; los que tuvimos la dicha de estar en ese tiempo y lugar, compartimos un rico café que predispuso al público, que colmó la sala, para vivir un momento a pura emoción.
Desde el inicio el título del evento nos introdujo en lo que sería el espectáculo: “Llamaradas de poesía” alude a las palabras que salen al aire como chispazos, centellas, arrebatos de exhalación y suspiros de frases que alguna vez descubrimos encerrados en libros; pertenecientes a autores destacados; y que en La Llave salieron a la luz y “¡revivieron!”.
Esa tarde-noche nos sentimos conectados; porque la palabra “une, cura y salva”; engarza líneas invisibles e imprescindibles entre unos y otros. Los textos, como un soplo o un halo, rozaban nuestras cabezas para dejarnos en nuestras mentes la esencia que construye y entreteje desde lo social, el humor, el amor y el dolor. La vida misma.
Ese hermoso grupo de mujeres lograron el milagro. Con voces suaves y sonoras, mansas y vibrantes; unas apasionadas, otras reflexivas; nos hicieron revalorizar cada significado, cada frase, cada texto… Vocablos del autor al intérprete y de este al público.
En escena, palabras de un corazón a otro corazón, todos latiendo con fuerza, esa que nos saca de la separatidad; gracias a esa experiencia que el actor o la actriz nos permite incluso reinventarlas, resignificarlas.
¡Qué gran oportunidad haber podido estar y advertir que hay gente que trabaja por el ate sin alardes, pero con maestría y “a puro pulmón”! María Cristina Soave tiene un don que transmitió a varias generaciones de jóvenes. Pudo ir más lejos, pero eligió prioridades.
Mas nunca abandonó su pasión, en el escenario y en la vida: vive como actriz con su voz vibrante, su risa sonora, sus gestualidad, y sus brazos que la hacen volar a un mundo de pura imaginación.
Ana Frossasco
Especial