Escribe: José Luis Hernández*
La India siempre tuvo un magnetismo especial para mí, por su filosofía, contrastes y espiritualidad.
Este viaje era un sueño largamente esperado. Finalmente, luego de una decisión interna (donde todo comienza), elegí la fecha, el recorrido y empecé a invitar a quien se quisiera sumar.
Fueron diez las personas que aceptaron la propuesta, y partimos. Visitamos el norte de la India y Nepal, sin dejar de sorprendernos cada día y a cada hora.
Recorrimos Katmandú y su valle (Nepal), luego seguimos por Varanasi (India), Khayurao, Orchha, Jaipur, Agra y Nueva Delhi.
Observamos maravillados los continuos contrastes, en los que conviven la más absoluta de las miserias con la más soberbias de las riquezas y donde la espiritualidad y religiosidad están presentes en todos los actos de la vida cotidiana.
Me enamoré de la India y volveré a ella, de eso estoy seguro. Ya estoy pensando en nuevo viaje grupal para dentro de un año. La India es grande, grandiosa, es para compartir y seguramente lo estaremos haciendo con todos los que decidan sumarse.
*La Era Ecológica
Grupo de Turismo Vivir
con ganas
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