Escribe Gustavo Ferradans

Fotografías Víctor Alvez

 

Vibrante y llena de emoción. Omar Narváez brindó un concierto boxístico en el mismo escenario que otras veces brillaron artistas de la música. El “pequeño” gran campeón defendió exitosamente por undécima vez su cetro mundial OMB de los Supermosas ante Felipe Orucuta.

Unas 2.500 personas disfrutaron de una velada extraordinaria, con un muy buen nivel de peleas preliminares y una pelea de fondo en la que el campeón desplegó todo su repertorio, manejó los tiempos de cada rounds y dio cátedra de cómo defenderse. 

Narváez, al mismo tiempo, agrandó su récord de peleas mundialistas, al llegar al número de 30, lo que agranda aún más su figura.

El campeón Omar Andrés “el Huracán” Narváez (51,950) se impuso en fallo mayoritario ante el mexicano Felipe Guadalupe Orucuta Ramírez (52,050), número 1 del ranking mundial y retador mandatorio. En encuentro boxístico fue revancha obligatoria, tras la discutida pelea que ambos sostuvieron en mayo del año pasado, donde el chubutense se impuso por puntos en fallo dividido.

Esta velada realizada en el Anfiteatro Municipal de esta ciudad, fue organizada por la empresa OR Promotions y contó con el auspicio de la Unidad Ejecutora Deporte y Turismo de la Municipalidad local.

Entre el público asistente, entre otras caras conocidas, estuvo presente el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, y el intendente de esta ciudad, Eduardo Accastello. 

“El Huracán”, de 39 años, dijo al finalizar la velada: “Me siento feliz de haber ganado en Villa María, se lo dedico a mis hijos y en especial a Osvaldo Rivero. Fue él quien más hizo para que la pelea se hiciera acá, en esta ciudad. Mi sueño era llegar a campeón a los 40 años. Cada vez me falta menos”.

Narváez, extendió su récord a 43 victorias (23 nocauts), una derrota y dos empates, en tanto que Orucuta, de 28 años, quedó con un registro de 29 triunfos y tres derrotas,  con 24 victorias antes del límite. 

 

La pelea

El argentino dio una cátedra de cómo se debe defender en boxeo: esquivó, bloqueó y barrió la mayoría de los golpes de su rival, que en un elevado porcentaje terminaron en los brazos del nacido en Trelew. 

En gran parte de la pelea el mexicano fue al ataque en forma constante, buscando ser el protagonista, llevando la iniciativa, presionando al campeón con distintos golpes, pero pocos tuvieron destino claro. 

Cuando Narváez llevó la iniciativa, marcó claras diferencias. Si bien sacó muchas menos manos que el retador, sus manos, en distintos ángulos y en diferentes planos, fueron más efectivas a las de su oponente.

En el octavo round, Narváez cortó al mexicano a la altura del párpado izquierdo, contingencia que fue rápidamente solucionada en el rincón del mexicano.

Para entonces, el campeón retrocedía y pegaba y su rival avanzaba de manera desordenada y a veces buscando golpes al cuerpo, para tratar de frenar los desplazamientos de Narváez que manejó el ring y se lució ante un público que por momentos siguió la pelea en absoluto silencio.

La tarjeta 114 -114 de uno de los jurados (Russel) hizo sospechar que había estado mirando otra pelea. La de los otros: Nelson y Hecko, idénticas en 116-112 (igual a la de EL DIARIO) le pusieron un poco de justicia a un fallo que fue mayoritario.

 

Triunfo de Centeno 

En uno de los combates preliminares, volvió a presentarse Horacio Centeno, el boxeador de Pozo del Molle, antes radicado en Villa María y desde hace pocos meses en Mendoza. Sin lucirse y con algunas complicaciones defensivas en varios pasajes de los seis asaltos, Centeno, que fue mucho más desde lo técnico que su rival y aplicó los mejores golpes, terminó ganando en fallo unánime con estas tarjetas: 58,5 - 56,5 (Gabriel Tavella), 58,5-56,5 (Fernando Caruncho) y 59-56,5 (Víctor Casas).

 

Los resultados