Villa General Belgrano es famosa en todo el país merced a su marcado talante alemán, que se aprecia en la arquitectura del pueblo y también en el ADN de los parroquianos. Qué mejor lugar entonces para albergar la Oktoberfest, celebración nacida en Múnich y que en el seno del Valle de Calamuchita se traduce como Fiesta Nacional de la Cerveza. Uno de los eventos más convocantes de nuestro suelo, que le rinde culto a la espumosa bebida y convierte al municipio en un verdadero jolgorio.
La 51° edición comienza el viernes 3 de octubre, y se extiende hasta el lunes 13, con picos de convocatoria los fines de semana (en especial el segundo, que es largo por el feriado por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural del lunes). Música y danza de distintas partes del mundo, desfiles, el célebre espiche y naturalmente, elixires de lúpulo y cebada corriendo a ríos durante el día y la noche, forman lo más destacable del convite. Todo, armonizado por el colorido de la cultura germánica, que contagia a las masas en busca de diversión asegurada.
Variopinto panorama
El epicentro del asunto será el Patio Cervecero, ubicado en pleno centro de la aldea. Espacio que hospeda decenas de puestos que ofrecen la más variada gama de cervezas (rubia, negra, artesanal, roja, de frambuesa, de trigo y un largo etcétera). El auditorio estará conformado por visitantes venidos desde diferentes provincias e incluso del extranjero, muchos disfrazados con los trajes típicos de Baviera, igual que los locales.
Allí, el otro gran llamador radica en el escenario, donde agrupaciones folclóricas provenientes de nueve distritos nacionales, y hasta de Brasil y Uruguay, animarán la fiesta con música y bailes tradicionales de 17 países como, por ejemplo, Italia, Palestina, Croacia, Paraguay, Irlanda, Ucrania y Siria (aunque las estrellas sean las naciones centroeuropeas: Alemania, Austria y Suiza, fundamentalmente). En promedio, cada día se realizarán unas 20 presentaciones artísticas.
Asimismo, el público podrá disfrutar tanto adentro como afuera del parque de la exquisita gastronomía teutona, de la mano de clásicos como las salchichas con chucrut, el sauerbaten (peceto con salsa agridulce) y el kasser (cerdo ahumado con verduras). Para el postre, los fuertes del menú son el apfestrudel (tarta de manzana) y la torta selva negra.
Nacida en el año 1964, el Oktoberfest criollo encuentra su ritual por excelencia en el espiche. Entonces, un martillazo abre el primer barril y la cerveza llueve sobre el público, para delirio general. Este acontecimiento está precedido por el colorido desfile de carrozas por las calles del pueblo, que involucra a participantes ataviados con vestimenta alemana, y música de aquel país. Ambas actividades se llevarán a cabo los viernes 3 y 10 (el espiche es alrededor de las 21 horas), los sábados 4 y 11, los dos domingos 5 y 12, y el lunes 13 (espiche alrededor de las 14).
Horarios y entradas
Si bien el clima de fiesta se respira durante las 24 horas, el parque cervecero abre sus puertas a las 11 de la mañana, aproximadamente una hora antes del inicio de la programación artística (salvo del lunes 6 al jueves 9, días en que los números comienzan a las 16), finalizando tarde en la madrugada. Las entradas generales tienen un valor de $100, con excepción de los días sábado 11 y domingo 12, que cuestan $150 (gratis el lunes 6, martes 7 y jueves 9). Los menores de 12 años no abonan ticket.