Escribe NET
 

"Todos unidos triunfaremos”. La frase, si bien pertenece al folclore peronista, puede ser utilizada, sin prejuicio, en estos tiempos que corren a velocidad excesiva.

Tiempos en que las ideologías se cruzan, se mezclan, se diluyen y asoman como reflejos deformes en las siempre turbulentas aguas de la política.

Años atrás los cócteles de sabores incompatibles formaban parte de la categoría de lo imposible. 

Luego, las fragmentaciones se mimetizaron con el ambiente, se fueron perfeccionando y escalando posiciones en un mundo que prioriza el “poder” a las cosas del “querer”.

“La coalición (política) es el arte de llevar el zapato derecho en el pie izquierdo sin que salgan callos”. Una frase del político socialista francés Guy Mollet.

Una buena parte del radicalismo actual no está dispuesta a ponerse el zapato derecho en el pie izquierdo.

La semana que pasó los boinas blancas hicieron un acto en Córdoba para festejar tres años de triunfo radical en la ciudad y demostrar un abanico de unidad rumbo a 2015.

Ante la presencia de unas seis mil personas, entre ellos varios villamarienses, Aguad planteó sin vueltas la alianza con el partido liderado a nivel nacional por Mauricio Macri.

Muchos se entusiasman con esa unidad de “rojos” y “amarillos” y ya apuestan a la fórmula “Ramón Mestre - Héctor Baldassi” para la provincia.

Pero no todo lo que se ve en la superficie tiene relación con las profundidades. En este sentido, la propuesta de Aguad divide las aguas.

“La cosa está cada vez peor. Pasamos del silencio ideológico a la defección política. Recuerdo que hace un par de años un consultor político habló en el partido y afirmó que había que abandonar las ideologías. En ese momento entendimos que Aguad era una quinta columna de Macri en el radicalismo”, confesó un dirigente de la UCR cordobesa con orígenes villamarienses.

Las diversas corrientes del atlántico y pacífico radical van expresando su desacuerdo con las “ideas liberales” del jefe porteño.

La mala experiencia de la alianza de 2001 sigue presente en un significativo sector de la UCR que está dispuesto a sostener las banderas que hicieron grande al partido en el siglo pasado.

Las líneas que comulgan con la propuesta impulsada por Aguad insisten en llamar a los disidentes “los patrones del atraso”.

La promoción de este pacto, a todas luces, heterogéneo tiene una única y adelantada finalidad: derrotar al delasotismo.

¿Es eso lo que la sociedad necesita para volver a confiar en sus representantes?

Cada uno tendrá sus propias conclusiones sobre el particular. Para que puedan convivir sin desbandarse pensamientos tan diferentes, hacen falta líderes indiscutidos.

¿El radicalismo cordobés los tiene? Otra pregunta que seguramente disparará diversas respuestas.

Aguad avanza a pasos agigantados con sus enroques. Sabe que Mestre sufre espasmos cuando lo nombran al líder del Frente Cívico, Luis Juez.

“Juez, es una pieza importante en el armado de un frente político, hay que deponer las cuestiones personales”, sostuvo Aguad apenas una horas después del acto rojo y blanco en Córdoba.

La extraña mezcla de la política actual se convierte en una caja de sorpresas para los ciudadanos que esperan soluciones a los problemas reales y perciben que los dirigentes están abocados a los experimentos en tubos de ensayo con resultados imprevisibles.

 

La interna que vendrá
 

En el transcurso de la semana que pasó, el radicalismo local hizo una movida que encendió los botones de alerta en las filas del grupo Almagro.

El comité pidió a las autoridades provinciales que fijaran fecha en octubre para las internas a cargos electivos.

Al ruedo ya está lanzado y recorriendo los barrios el flamante presidente del departamento Gustavo Bustamante.

Sin embargo, en las filas de Miguel Olaviaga ya se habla de una postulación que encararía, de acuerdo a los rumores, la concejala Nora Landart.

En forma inmediata, hubo respuesta. Los miembros del denominado grupo Almagro se reunieron en la sede partidaria el pasado sábado en horas de la tarde.

Esta vez no lo hicieron en el tradicional club de la costanera, sino que usaron la casa de Tucumán.

“Vamos a seguir apostando a la militancia y participando de la vida interna”, señaló uno de los dirigentes de la línea.

Los asistentes, más de 30, hablaron sobre los tiempos que vienen y la importancia de una verdadera unidad.

“Si no logramos una unidad para las candidaturas, vamos a participar de la interna, nosotros tenemos candidato propio”, precisó nuestra fuente.

Efectivamente, el contador Gustavo Lazzuri tendría preparado los botines si hay que salir de nuevo a la cancha.

Si bien la mayoría de los miembros de la corriente de Lazzuri están en la actividad privada y no tienen una estructura armada de apoyo, les sobra convicción para jugarse “el todo por el todo” en una interna.

El programa de acciones ya está siendo elaborado con la consigna: retroceder nunca y rendirse mucho menos.

Por lo bajo, los “Almagro” creen que la convocatoria a internas para elegir el candidato a intendente está afirmada en “intereses personales” y no en diferencias metodológicas o ideológicas entre los que aspiran a llegar al Sillón de Viñas.

 

“Un candidato que se bajó” 
 

Fue una semana de idas y vueltas. En el mismo combo de la previa a la primavera, el empresario Ercole Felippa descartó la posibilidad de ser uno de los nombres de la UCR para disputar la Gobernación de la provincia.

Los jóvenes de la Línea Córdoba, entre ellos el local Felipe Botta, estaban muy entusiasmados con la promoción del dirigente que lideró la Unión Industrial Córdoba durante dos períodos.

El problema de Felippa sería la falta de unidad en el partido.

Aguad que no has de beber...