Junto a más de cien obispos de todo el mundo que se dieron cita días atrás en Roma con motivo de la peregrinación a la tumba de San Pedro y el curso de formación para nuevos obispos que cada año dicta la Pontificia Congregación para los prelados, Samuel Jofré Giraudo representó a la Diócesis de Villa María en Tierra Santa.
Vale destacar que el purpurado villamariense integró el grupo de 14 nuevos obispos argentinos que el Papa Francisco designó de septiembre de 2013 hasta agosto del año en curso, más otros religiosos que por razones de fuerza mayor no pudieron concurrir en años anteriores.
Según pudo conocer este medio, la delegación episcopal argentina y el centenar de prelados de otras latitudes, asistieron a conferencias sobre la doctrina social de la Iglesia, la espiritualidad del obispo, la colegialidad episcopal a través del sínodo de los obispos y otros temas.
Entre los disertantes se contaron el presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, cardenal Peter Turkson, y el secretario general del Sínodo de los obispos, cardenal Lorenzo Baldisseri.
Otra de las actividades concretadas por Jofré Giraudo y su grupo de pares fue la concelebración de una misa en la Basílica de San Pedro, el rezo conjunto en el sepulcro del Apóstol y la peregrinación a la ciudad de Asís.
Los prelados argentinos también aprovecharon su estadía en Roma para visitar la Iglesia Nacional Argentina de Roma “María Santísima de los Dolores”, donde compartieron una velada junto con miembros del Colegio Sacerdotal.
Según manifestaron algunos prelados a sus diócesis, o bien a través de las redes sociales, las celebraciones fueron “de profunda oración y comunión con toda la Iglesia”, pero especialmente llevando en el corazón a sus diócesis respectivas.
Francisco pide
Durante el momento reservado para el encuentro entre el Papa y los participantes del congreso de obispos, el Sumo Pontífice los exhortó a “mostrarse cercanos a los fieles, vivir con entrega su ministerio y apoyarse en la oración para conducir al rebaño que les fue encomendado”.
Francisco se alegró de encontrarlos y les manifestó que son “el fruto del trabajo duro y de la incansable oración de la Iglesia”.
El Papa también les ofreció algunos consejos y recomendaciones: “No se dejen engañar por la tentación de cambiar a la gente. Amén a las personas que Dios les dio, aun cuando hayan cometido ‘grandes pecados’”.
El obispo de Roma también, y a manera de conclusión, los invitó a imitar la paciencia de Moisés para guiar a la gente, porque “nada es más importante que acercar las personas a Dios”