Colectivo feminista

El movimiento de mujeres de Córdoba y el colectivo feminista "Tienes que decidir" de Villa María acercó su misiva titulada: ¡Democracia en la cama, en la casa, en la calle!
"En este día, celebramos con fuerza y no sin preocupaciones, la continuidad de nuestra lucha y seguimos, denunciamos. Hoy las mujeres seguimos ganando menos que los varones por igual trabajo, desocupadas, abrumadas por la doble y triple jornada.
Hoy las mujeres continuamos teniendo la responsabilidad casi exclusiva de las tareas domésticas, de crianza, cuidado y gestión de la unidad familiar, sin descanso y muchas veces con jornadas laborales que se multiplican, cuando los beneficios son colectivos."
Hoy la violencia contra las mujeres se recrudece en todas sus formas día a día. Hoy las mujeres y las niñas seguimos siendo violadas y asesinadas. Hoy se nos sigue negando el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, sobre nuestra vida, así como el derecho al placer y la dignidad. Hoy en las escuelas a las niñas se nos continúa enseñando a ser buenas señoritas, calladas, sumisas y obedientes
Hoy nuestros cuerpos (incluidos nuestros óvulos) y sexualidades son vendidos y comprados en los medios de comunicación y en el mercado. Hoy seguimos denunciando las dificultades en la continuidad y garantía efectiva del Programa Nacional de salud sexual y procreación responsable. Hoy denunciamos el sistemático asesinato de trabajadoras sexuales y el accionar cuestionado de la Policía. Hoy denunciamos la falta de servicios de atención integral, como la creación de casas y albergues para mujeres, sus hijas e hijos, víctimas de las más diversas violencias, entre las que destacamos la doméstica. Hoy instituciones como la Iglesia Católica Apostólica Romana, sigue interviniendo en las cosas del Estado, en materia de políticas públicas afectando particularmente a las mujeres y a las personas que no entran dentro de la heteronormatividad masculina. Hoy las mujeres trans y travestis siguen siendo perseguidas sistemáticamente y cuentan con pocas posibilidades de acceder a educación, salud, vivienda y trabajo. Por ello, exigimos:
- Garantizar el cumplimiento del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, así como la implementación de la anticoncepción de emergencia. Destinar todos los fondos necesario para ello.
- Despenalización del aborto y legislación del aborto legal, seguro y gratuito.
-Implementar políticas de producción y empleo que permitan a las mujeres acceder a más y mejores puestos de trabajo. Bajo el principio igual salario por igual trabajo. No al salario sexista.
- Implementación efectiva del Programa de educación sexual integral (Ley 26.150) de manera no sexista y teniendo en cuenta los diversos modos de vivir nuestras sexualidades en los distintos niveles de educación que democratice las relaciones entre las personas".
Firman: Irma Carrizo, Vanesa Cufre, Silvia Baizre, Daniela Lorca, Desila Figueroa y Luciana Pérez.

s De ACER y
Verdad y Justicia

El 8 de marzo se recuerda el Día Internacional de la Mujer, fecha que se celebra en todo el mundo, siendo una fiesta nacional en muchos países. Es esta una fecha que encierra años de lucha a favor de la justicia, la igualdad y la paz, uniendo a las mujeres de todos los continentes.
Este día refiere a las mujeres corrientes, artífices de la historia grande y de la historia cotidiana y hunde sus raíces en las razones esgrimidas internacionalmente por la participación en la sociedad en pie de igualdad con el hombre.
Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez en 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de 1 millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral...
Un 25 de marzo de 1911, más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes italianas y judías, murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la Legislación laboral de los Estados Unidos y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer, puesto que cada vez más esta celebración hizo referencia a las condiciones laborales que, en esa oportunidad, se consideró el factor preponderante que condujo al desastre. El Día Internacional de la Mujer debiera ser siempre una ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos y recordar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de sus derechos.
Asociación Civil Eduardo Requena (ACER) y Comisión Fundadora Verdad y Justicia

Rosa Cámpora

Las excluidas de siempre. La pobreza excluye a todos, pero con más fuerza a las mujeres. Días atrás, leí una nota en EL DIARIO que retrataba la situación de una mujer sin vivienda, que no encontró otro camino que volver con la pareja de la que se había separado para garantizar un techo a sus hijos. ¿Se puede hablar de igualdad de género cuando ni siquiera existe la posibilidad de elegir? Creo que más allá de los progresos, todavía hay una brecha entre hombres y mujeres para poder decir que llegamos a la igualdad.
“El número de mujeres en la fuerza laboral del mundo es mayor que nunca, pero la persistencia de la brecha de género contribuye a una feminización de la pobreza entre los trabajadores”. La afirmación, proviene de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que retrata año a año la situación de las mujeres con cifras alarmantes a nivel mundial y de las que Argentina no es una excepción. El informe agrega que " hay demasiadas mujeres atrapadas en trabajos mal retribuidos, con frecuencia en la economía informal, sin suficiente protección legal, con poca o ninguna protección social, y con un alto grado de inseguridad".
A mi entender, esto se da por varias razones. Una de ellas es que en la mayoría de los casos, la mujer queda a cargo de su prole. Si el hombre queda sin trabajo, ella sale a golpear todas las puertas para conseguir el pan de sus hijos. En esa situación, no mide el esfuerzo a la hora de garantizar el pan de sus hijos y acepta los trabajos y la paga que muchos rechazarían por indigna.
Sin políticas claras de inclusión de la familia, que contemplen el trabajo digno de tantas jefas de hogar (no me refiero a los planes, sino a las que asumen la responsabilidad de cargar con la mantención de sus hijos), no habrá posibilidad de inclusión definitiva.
Fomentar el trabajo y la formación de las mujeres, garantizando la contención y educación de sus hijos en guarderías y escuelas, es una responsabilidad del Estado que no debe eludir.
Y algo más para destacar. Hay un sólo lugar en el que las mujeres son mayoría indiscutible: las organizaciones no gubernamentales en las que trabajan ad honórem para minimizar los efectos de la exclusión. Creo que es una pauta de la sensibilidad femenina de quienes tal vez resolvieron la contención de sus familias, pero no cierran los ojos ante las necesidades de los demás...
Rosa Cámpora - Concejal Democracia Cristiana

La mujer  musulmana
 
Las diferencias culturales que existen entre los distintos contingentes humanos que habitan el planeta suelen llevarnos a mal interpretar ciertos rasgos de un pueblo; hábitos ancestrales que hacen a la esencia misma de ese pueblo y desde la perspectiva de la cultura propia se ven difusos o se tergiversan.
Esto es muy frecuente al momento de echar una mirada sobre la mujer musulmana, que muy a pesar del concepto occidental que existe sobre ella, su significancia como género está en un plano de igualdad con el hombre.
El Corán, libro sagrado de los musulmanes, no distingue entre hombres y mujeres; tampoco enrostra a esta última el pecado original. Es decir que para el Islam, nosotras no somos “culpables” de los males de este mundo.
Por el contrario, en la religión que profesa la mayoría de los árabes fue una mujer la primera en creer en la misión profética de Mahoma. Ella se llama Jadija y tuvo seis hijos con Mahoma. El Islam enalteció a la mujer, la equiparó al hombre y en el Sagrado Corán recibe un trato igualitario; siendo este libro prácticamente el único entre los sagrados que se dirige a la mujer como tal y la trata en pie de igualdad con el hombre.
En la sociedad islámica la mujer es valorada por su inteligencia y virtud; desde sus mismos orígenes el Islam le otorgó derechos y privilegios que la mujer occidental, en la mayoría de los países, sólo obtuvo en el Siglo XX; como el libre manejo de sus bienes, la capacidad de testar, etcétera. 
Si nos guiáramos por los medios de comunicación occidentales, tan propensos a distorsionar la realidad, deberíamos creer que la mujer musulmana es la más sometida y humillada de todas las culturas. Pero, debajo del velo, que no todas usan ni es una imposición -simplemente se lleva por asimilación cultural-, existe una “identidad” fuertemente definida que desde siempre tuvo acceso al divorcio; mientras que en muchos países este derecho fue parte de las conquistas de movimientos feministas.
En nuestro país, tan lejano del mundo árabe o islámico, las mujeres musulmanas, que las hay, adaptándose a la cultura imperante muy raramente usan la vestimenta propia de las mujeres de países árabes donde se observan las tradiciones islámicas.
Algunas se cubren orgullosamente la cabeza con el hijab. Esta palabra, que designa al velo, significa mantener fuera de la vista o esconder. Los preceptos islámicos consideran que una mujer no debe mostrar su belleza a las personas que no son de su entorno íntimo; por ello la mujer en su casa no se cubre ante la presencia de su padre, marido o hijos.
El Profeta destacó enormemente el valor de la mujer como compañera del hombre, esposa y madre, colocándola en un estadio superior al del padre: “El Paraíso yace a los pies de las madres”.
En los países de fuerte tradición, la mujer musulmana de hoy se viste como hace catorce siglos igual que lo hacía María, la madre de Jesús, a quien cualquier mujer occidental dice venerar pero no imita. Lo que en otra época se hubiera valorado como signo de virtud y nobleza, hoy se denuncia como degradación y se tilda de ridículo; mientras la mujer occidental es un ser esclavo de la moda, los prejuicios estéticos y de un estereotipo femenino artificial.
La realidad nos dice que la mujer de esta parte del mundo vale más por su cuerpo y su apariencia, importando muy poco su inteligencia y virtud. Para poder cumplir con el “modelo” que la sociedad ha establecido, muchas mujeres llevan la peor de las vidas, asfixiadas por dietas y trabajos excesivos a fin de satisfacer las frívolas necesidades de vestuario y “belleza”.
En el mundo musulmán la mujer sufre tanto como el hombre la incomprensión de un Occidente extraviado por el consumismo.  Allá, el Día de la Mujer no es una fecha excluyente; simplemente porque no es necesario.
 Graciela Yessín
Presidenta Sociedad Siriolibanesa de Villa María

Salutaciones alusivas
Centro Comercial. El Centro Comercial, Industrial de Producción y Servicios de Villa Nueva hace llegar a todas las mujeres socias y colaboradoras de dicha entidad sus más sinceras salutaciones en el “Día Internacional de la Mujer”.
Partido Justicialista. “Trabajemos juntas para que la equidad y la justicia social sean una realidad. ¡Para que todos los días, sean nuestro día! Firma: Verónica Vivó, concejal Partido Justicialista