La presidenta del Concejo Deliberante de Villa Nueva, Graciela Isaguirre, y la concejala radical Nora Bizzutti coincidieron en señalar que desde ese órgano se deben respetar a los dos gremios que nuclean a los trabajadores municipales y admitieron que fue un error avalar una modificación del Estatuto Municipal por impulso de sólo un sindicato.
Las ediles fueron abordadas por EL DIARIO en el marco de la polémica que se suscitó por la derogación de esa modificación estatutaria y que originó una crisis entre los dos gremios.
Desde la Unión Cívica Radical (UCR), Bizzutti dijo que el tema llegó al Concejo “con un error del Ejecutivo, que dice que se hace cargo”. Subrayó que la iniciativa no tenía la firma del secretario general de ninguno de los gremios, sino “sólo de la delegada Mónica Gramaglia”, además de funcionarios del Departamento Ejecutivo Municipal (DEM). Esa propuesta fue aprobada, pero luego debieron dar marcha atrás ante el escándalo.
La edil aclaró que su bloque no acompañó ni el proyecto ni la posterior derogación porque no se había tenido en cuenta al Sindicato de Trabajadores Municipales (Sitramun), “que es el gremio que más afiliados posee”.
Por su lado, Isaguirre, del oficialismo, justificó la derogación en la necesidad de escuchar a los trabajadores. “La palabra la tienen los empleados, que presentaron su disconformidad con la modificación que se había hecho”, recalcó. También habló de la ausencia de firmas y aclaró que “no se quiso afectar a ninguno”.
Tanto la presidenta del Deliberante como Bizzutti desestimaron el fundamento de Gramaglia respecto al Sitramun. La delegada había advertido que legalmente, cuando existe un sindicato con personería de primer grado (como el Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales -SUOEM-), no puede haber otro. Las legisladoras dijeron a EL DIARIO que esas eran internas gremiales y que desde el Legislativo pensaban sólo en lo que quieren los empleados. Además, Bizzutti reiteró que la mayor parte de los trabajadores pertenecen al Sitramun.