Se añadió ayer el nombre de Miguel Angel Veglia al Palacio Municipal 27 de Septiembre, en homenaje a quien fuera tres veces intendente de Villa María y en cuya gestión se adquiriera la sede de la comuna.
Carlos Veglia, el hermano del desaparecido mandatario radical, brindó un conmovedor mensaje a poco de iniciado el acto que se desarrolló en las afueras del ex- Palace Hotel a las 9 de la mañana. Dijo que le era difícil “hablar del hermano” y agradeció la oportunidad, así como a los amigos del fallecido hombre de la democracia “y a los adversarios políticos, que lo trataron con tanto respeto”.
En su alocución, expuso dos imágenes “a modo de ofrenda”. Una es el recuerdo de Miguel de niño y su lucha por el trabajo y el estudio como manera de inclusión social; la otra del día del sepelio haciendo foco en la figura del intendente Eduardo Accastello, a quien en varios pasajes de los discursos de la víspera se lo vio conmocionado.
Así, trajo ante los presentes a su hermano “andando de niño a pie y en bici por estas calles”, resaltando que se animó a salir de una casa “muy humilde” y en la que había distintas carencias, siguiendo “el camino que marcaron los mayores, los de la familia, vecinos y docentes”. Recordó que su meta era “el del estudio y del trabajo” y que desde muy pequeño trabajó, en la feria municipal para vender revistas usadas o comercializando hierro viejo. “El trabajo infantil no es aconsejable pero en ese tiempo era para ayudar. Tenía en claro que había que estudiar y trabajar para incluirnos en la sociedad, y así nos arrastró a los hermanos y a muchachos amigos”.
Repasó entonces su trayectoria como empleado: a los 11 años en la botonera Diva, luego en la Escribanía Liprandi, etcétera. Y dijo que estudió en la Escuela República del Paraguay y luego en La Fosa. Cuando “todo el mundo iba a estudiar a Córdoba dijo que había que ir” y abrió allá una gestoría que denominó Vimar, por Villa María.
“El jugaba en la calle ancha, la Lisandro de la Torre, con una pelota de trapo y ya decía que quería ser concejal; nosotros no teníamos idea de qué era un concejal”, rememoró.
También evocó cuando pudo rendir para ingresar al Banco de la Provincia de Córdoba y finalmente subrayó que les “transmitió el mensaje de que el estudio y el trabajo es el camino de la inclusión”.
La otra imagen que compartió “es la triste”, la que observó el 15 de mayo pasado tras el velatorio, cuando el cortejo fúnebre pasó frente al Palacio que desde ayer lleva inscripto su nombre. “Estaba el actual intendente parado en esta esquina, solo, con un ramo de flores en la mano. Lo depositó sobre el ataúd y la gente aplaudió”, describió. Confesó que en ese entonces se preguntó si Accastello estaba “despidiendo al exintendente, al adversario político o al amigo”. “Sí así fue (dijo en alusión a lo último), la ciudad está feliz”, concluyó y todos lo aplaudieron.
Al hermano le siguieron en el uso de la palabra los hijos del exmandatario, Verónica y David. “Su nombre es mucho más que memoria, es mensaje y nos desafía a construir todos los días desde la casa de la ciudad”, sostuvieron.
Los herederos contaron que aún están en mayo -mes en que perdieron a su padre- y que el dolor empaña el festejo, pero subrayaron que se sentían agradecidos de la comunidad.
“No le hizo concesiones”
Por su lado, el concejal de la Unión Cívica Radical, Carlos Gagliano, afirmó que el 14 de mayo pasado cerró “los ojos un hacedor por antonomasia” y que en esa jornada “finalizaba un fragmento sustancial” de la ciudad, así como “uno de los íconos políticos de las últimas décadas”.
Lo definió audaz, comprometido, con necesidad de desafiar las utopías y aseveró que “cuidaba el dinero público más que el propio”. Consideró que “vivió por altos ideales” y que “no le hizo concesiones a ninguna tentación del poder”, aclarando que fue un hombre digno.
Finalmente, Eduardo Accastello dijo que con lo de la víspera pretendían “rendir un justo reconocimiento” e invitó a los intendentes de la democracia reciente (Nora Bedano, Martín Gill y Horacio Cabezas) a pararse a su lado. Allí comentó que este “es un pueblo plural, diverso pero íntegro, unido en los ideales de la democracia”. Y declaró que cuando le propuso la creación de la Universidad Nacional de Villa María el desaparecido intendente lo convocó “para las 7 de la mañana del día siguiente” y ya entonces comenzaron a trabajar juntos para concretar ese logro.