A modo de continuación al eje temático planteado por el suplemento de nuestro medio por el nuevo aniversario de Villa María, se plasma esta reflexión de Luis Tuninetti, referente de Eco-Sitio, sobre las diferentes problemáticas que deberá afrontar nuestra comunidad en 20 ó 30 años.
El uso del agua, la conservación del río, la deforestación y la utilización de agroquímicos forman parte de dicha discusión...
Villa María tiene un enorme potencial ambiental. Ello si se establecen políticas a largo plazo en la temática. De nada sirve que un determinado gobierno apueste al desarrollo sustentable si en otro período el desarrollo apunta sólo al aspecto económico desarrollista tradicional.
En el largo plazo, el principal desafío que enfrenta es el cuidado de los recursos hídricos. Si se tiene en cuenta que el parámetro “arsénico” está en el límite. Los villamarienses deberemos ser más que cuidadosos, ya no solamente en 20 ó 30 años sino en el mediano plazo. Sobre este aspecto será necesario en algún momento los distintos actores del área establezcan parámetros de extracción verdaderamente sustentable. Si hoy estamos regando con agua potable, en un futuro esto será prohibitivo; lo mismo ocurre con la “exportación” de agua potable para otras localidades.
Afortunadamente con la implementación del Parque Industrial de Villa María las grandes empresas pueden ser más controladas y al alejarse del radio urbano y las personas se verán menos perjudicadas por las actividades productivas. Esperemos que no ocurra la misma irracionalidad de extender el radio urbano para ese lado. Sin embargo, considero que determinados sectores productivos deberían ser más controlados principalmente debido a los efluentes que van a derivar en el mal funcionamiento de la planta de tratamiento de residuos cloacales. Esta última debe ser considerada como obra prioritaria para conservar la salud de nuestro río.
La conservación del río
Si bien el río Ctalamuchita no es competencia exclusiva de Villa María, nuestra localidad juega un rol preponderante, pero hasta que no se integre el comité de cuenca para su manejo, los gobiernos seguirán atendiendo sus necesidades por presiones o con visiones parciales de la temática. Por el momento el rol de la Provincia en este sentido deja mucho que desear. La conservación del río no debe apuntar sólo realizar obras para que no haya inundaciones. Es necesario dejar de realizar emprendimientos urbanísticos en zonas inundables o peor aún sin respetar las márgenes establecidas por ley. Es importante respetar la poca biodiversidad que existe en los islotes y más aún evitar la extracción de áridos de manera indiscriminada dado que es la principal fuente de depuración. Mientras siga el desmonte, continúe la urbanización irracional en nuestras sierras, no se tome en cuenta el factor de cambio climático y no se evalúen sistemáticamente parámetros físicos-químicos estaremos jugando en contra de la naturaleza. Las consecuencias posibles ya las vivimos.
Basura: apostar por la cooperativa
En cuanto a los residuos, el futuro está en la Cooperativa 7 de Febrero y en la separación domiciliaria que por el momento dista mucho de ser la ideal. Los gobiernos sucesivos deben apostar a la cooperativa, no sólo porque llevan adelante el verdadero plus ambiental, sino porque extienden la vida útil del vertedero. Para los residuos no hay mucho para inventar, sólo falta trabajar verdaderamente en la separación para reciclar la mayor cantidad de elementos inorgánicos, posiblemente una biodigestión de los orgánicos y el resto debería ir al actual vertedero. El resto de técnicas suponen costos altísimos y beneficios dudosos, que ya vivimos con la empresa Innviron.
Sobre los bordes de nuestra ciudad debe trabajarse junto con los productores para evitar la contaminación con agroquímicos. Afortunadamente tenemos una zona de protección, que aunque es minúscula comparada con otras localidades, no hay grandes conflictos sociales.
Sí representa un desafío la conservación de los espacios verdes. Villa María se proyecta en el largo plazo con un gran empuje, por ello deberíamos agrandar la zona protegida en el barrio 400 Viviendas en el predio conocido como El Algarrobal. Mientras tanto, la zona media de la ciudad (área ferrourbanísitca) debería conservarse como espacio público con la mayor cantidad de espacio verde. Lamentablemente año tras año se agrega más “cemento” al área comprendida entre los bulevares Sarmiento y Vélez Sarsfield.
En definitiva, Villa María tiene parámetros buenos en cuanto a calidad ambiental comparada con otras urbes, pero resulta imperioso que se tomen medidas ahora para resguardar esa condición para el futuro y por sobre todas las cosas que se implementen análisis sistemáticos de parámetros ambientales para evitar “sorpresas” futuras.