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Cumpleaños feliz. La muchacha del Ctalamochita celebró sus 147 años con una multitud en las calles, miles de personas desfilando, promociones estimuladas con premios en efectivo,  pero políticamente se puede decir que estuvo en soledad.

Lejos quedaron los tiempos en que el gobernador se ubicaba en el palco y llegaba a la Villa con un paquete de regalos-anuncios.

Las autoridades del Gobierno de José Manuel de la Sota brillaron por su ausencia. El delasotismo (amigo de otras épocas) brilló por su ausencia.

No hubo anuncios grandes ni pequeños. No vinieron los Reyes Magos provinciales con moños o serpentinas.

Paradójicamente, las diferencias políticas estuvieron presentes y se hicieron notar.

Fue el desfile de todos los vecinos y de uno. La figura política que estuvo en el centro de la escena fue, únicamente, el  intendente Eduardo Accastello.

Y en la ciudad de “la mayor transformación de Argentina”, el titular del Ejecutivo se dio el “lujo” (que impactó a varios y disparó numerosas críticas) de iniciar la marcha pasando de pie en un móvil del Ejercito y saludando con la mano en alto. Como hacía el General.

Un gesto exagerado, tal vez, para un intendente. Pero, Accastello, sin duda,  ya se está imaginando gobernador.

Y así, al estilo de la escultura de Segui “El hombre urbano”,  el titular del Ejecutivo “corre hacia el futuro”.

Prácticamente, ya está dejando atrás el Sillón de Viñas, el Subnivel y el Parque Industrial.

Ya está con calzado más resistente para recorrer, a paso veloz, el camino de sus aspiraciones.

Un camino espinoso, demasiado espinoso. El Gallego tiene en su poder la espada mágica de marcar los tiempos y eso preocupa a sus adversarios.

En diversos hervideros de Córdoba no descartan que las elecciones provinciales se fijen para mayo.

Si es así, todos tienen que apurarse a cerrar los paquetes de campaña y tener las alianzas en la mano mientras De la Sota espera y no desespera.

El gobernador se guarda las mejores cartas bajo la manga y observa como todos hablan con todos en un concierto que cada vez se parece más al Cambalache del siglo XX que pintó Discépolo.

 

“Al estilo Balbín”

El cumpleaños de la ciudad también sirvió para unir al radicalismo y al peronismo en torno a la figura del fallecido intendente Miguel Angel Veglia.

El Palacio Municipal ya lleva el nombre de quien estuviera 12 años en el Sillón de Viñas  y el acto tuvo momentos emotivos.

Carlos Veglia sacó a relucir el gesto de Accastello en la despedida a su hermano comparándolo con el de Balbín cuando le dio el último adiós a Juan Domingo Perón.

En esa ceremonia, las diferencias se dejaron de lado. Otra paradoja. La vida separa y la muerte une. Debería ser al revés.

Tenemos muchas cosas que aprender como sociedad si soñamos con una democracia madura.

Y los dirigentes deben ser los primeros en dar el ejemplo. Deben ser los primeros en trabajar por las transformaciones, no sólo en grandes obras de cemento, sino por las transformaciones culturales.

Una deuda pendiente en este aniversario villamariense.

 

Ay, Romeo, Romeo

Y hablando de diferencias y paradojas. En la semana del aniversario, el comité de calle Tucumán estuvo al rojo vivo.

Las declaraciones de Romeo Benzo (publicadas en la edición del pasado lunes) a favor de una alianza con el PRO movieron el avispero.

Cuando el vicepresidente llegó al partido, varios correligionarios le pidieron explicaciones por sus dichos públicos.

Y se armó la discusión, con tonos apasionados y ciertos rostros enrojecidos.

Uno de los asistentes comentó que escuchar la palabra PRO le causa temblores.

“Es una locura, un partido como el radicalismo con su base ideológica y sus grandes luchas culturales no puede entregar la estructura a un partido de derecha que no se consustancia en lo mas mínimo con la UCR”, indicó por lo bajo y por lo alto también el boina blanca.

La idea de Benzo no convence a casi ninguno de los dirigentes que están sentados en el comité.

La mayoría de los referentes de las diversas corrientes pretende ir por parte.

“Primero hay que afianzar el partido desde adentro y antes de hablar de alianzas es necesario tener una  base programática pensando en 2015”, sostuvo un caminante de varios caminos.

 

Al pan, pan

Por su lado, el titular del comité departamental, Gustavo Bustamante,  tiene un concepto propio sobre las alianzas.

El comerciante y precandidato a intendente asegura que a las cosas hay que llamarlas por su nombre. Al pan, pan.

“Nosotros hacemos acuerdos con la gente, no con dirigentes”, señaló en una charla informal.

Bustamante tiene en sus equipos algunos profesionales que trabajaron para el PRO y les abre las puertas a “todos” los que deseen colaborar con su estructura.

El “Pelado” (como le dicen sus amigos) sigue recorriendo los barrios y repite hasta el cansancio que “no está interesado en pelear por cargos”, sino que su corriente piensa en “gobernar la ciudad”.

Con esta consigna no se queda quieto y ya está organizando la llegada a Villa María del legislador provincial Orlando Arduh.

El desfile de políticos sigue y seguirá.

La campaña florece como la primavera.