Es muy común que responsabilicemos a las personas que presentan enfermedades cardiovasculares (ECV) por su consumo de tabaco, su inactividad física o su mala alimentación, pero muy pocas veces nos detenemos a pensar cómo los ambientes que nos rodean pueden impactar y aumentar los factores de riesgo", dijo a Télam Néstor Pérez Baliño, presidente de la FCA, con motivo del Día Mundial del Corazón, que se celebró ayer.
El especialista apuntó que "son numerosos los ejemplos de que no todos podemos elegir en qué ambientes desarrollar nuestras actividades cotidianas".
"Como adultos y niños nos encontramos rodeados de entornos desfavorables: la falta de acceso a espacios verdes, las escasas propuestas sanas en las escuelas, la exposición al humo de cigarrillo y el consumo de alcohol y comida rica en grasas y sodio obstaculizan nuestra capacidad para tomar decisiones correctas y saludables ", destacó y agregó que se puede comenzar por "pequeños cambios" para revertir el impacto de esos factores.
Una alimentación saludable, practicar actividad física, evitar el cigarrillo y realizarse controles médicos periódicamente son "algunas de las cosas que se pueden hacer para que nuestra comunidad se convierta en un mejor lugar para el corazón", insistió Pérez Baliño y apuntó que al menos el 80% de las muertes prematuras por ECV podrían evitarse si se controlaran los principales factores de riesgo.
"Todos tenemos derecho a tomar decisiones saludables para el corazón en los lugares en donde vivimos, trabajamos o jugamos. Por eso es importante procurar tener a nuestro alcance una variada opción de alimentos, limitar el consumo de comida envasada e incorporar frutas y verduras frescas", enfatizó.
Además es necesario preparar en el hogar las viandas escolares y evitar que los chicos compren productos en el quiosco del colegio, que no siempre son nutritivos.
"Abandonar el hábito tabáquico no sólo mejorará la salud del fumador, sino la de sus hijos", añadió y destacó la importancia de "limitar el uso de la televisión en casa y organizar más actividades al aire libre".
En los ambientes urbanos, "la familia juega un rol central como ejemplo para los más chicos a través de la adopción de hábitos saludables", mientras que en las zonas rurales el desafío es "educar y capacitar a las comunidades para que sepan cómo cuidar su salud y la del corazón", sostuvo el presidente de la FCA.
El especialista instó además a las personas a "cambiar el área donde viven" mediante "la creación y mantenimiento de barrios seguros para la actividad física, la mejora en la calidad y frecuencia de ese tipo de actividad en escuelas y el armado de propuestas para que haya alimentos nutritivos y accesibles en los ambientes cotidianos".
"Cuando los niños se crían en un entorno o comunidad caracterizado por hábitos poco saludables como los mencionados, es probable que repitan ese estilo de vida, por eso es sumamente importante ser un buen ejemplo a seguir para que nuestros chicos tengan un mundo con mejores corazones", subrayó.
Las enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio, la angina de pecho y el accidente cardiovascular (ACV) son la primera causa de muerte en Argentina y el mundo con 17,3 millones de decesos al año, y se espera que para 2030 la cifra ascienda a 23 millones.