“Muchos hablan de Metafísica porque parece que está de moda, pero resulta ser que el tema es mucho más profundo e interesante de lo que se dice”, manifiesta Noemí Barchiesi, una villamariense que luego de radicarse en San Pedro (Buenos Aires) y profundizar sus conocimientos sobre Metafísica, volvió a la ciudad para compartir lo que sabe sobre esta disciplina que asegura “enseña a las personas a darse cuenta quiénes realmente son”.
“Me parece importante que la gente de Villa María se entere de que lo que se está brindando acá en la ciudad es la Metafísica que desciende directamente de maestros de gran jerarquía espiritual como lo es por ejemplo Conny Méndez (la primera que habló al mundo de habla hispana sobre temas metafísicos)”.
Cabe destacar que Méndez tuvo como discípulo a Rubén Cedeño, otra figura relevante dentro del ambiente que influyó en Noemí y los “facilitadores” que la acercaron al estudio de esta ciencia del espíritu.
Según fundamentó nuestra entrevistada, la Metafísica “es la madre de todas las filosofías, religiones y ciencias, siéndoles común a todas ellas porque se ocupa de tres áreas básicas de estudio: ‘El Ser’, ‘Dios’ y la Ciencia del Conocimiento. Así que existe desde que el ser humano piensa. Su término fue creado por Andrónico de Rodas en el Siglo I después de Cristo, para ordenar bajo el título ciertos libros de Aristóteles que trataban sobre la Etica, la Belleza y demás temas intangibles”.
“Actualmente, los que la estudian lo que buscan por medio de ella es el arte de ser feliz, comprenderse a sí mismos y saber sobre las leyes que rigen la vida para no seguir siendo víctimas de las circunstancias”, explicó.
“La Metafísica no apoya ni respalda ninguna práctica mediúmnica, adivinatoria, extrasensorial, ni que exalte lo paranormal. Basa su instrucción en la realización del ser humano consciente de sí mismo y de sus actos, que su mente es un poder que puede ser utilizado para orientar la vida constructivamente, enseña los aspectos de Dios, que viviendo de acuerdo a ellos podemos erradicar la mala voluntad, ignorancia, el odio, la depresión, la enfermedad, la lucha y el rencor de nuestra vidas”, manifestó Barchiesi, haciendo hincapié en una serie de argumentos que seleccionó especialmente para explicitar la actividad que desarrolla.
“Todo el que se sienta relegado social, marginado moral, discriminado sexual, acusado, condenado o desacreditado puede venir a esta enseñanza y no ser acusado. Porque aquí nadie es nada en cuanto a la personalidad se refiere; los que aquí facilitamos somos personal de jardines de infantes, músicos, peluqueros, comerciantes, taxistas, maestros de escuelas públicas. Lo único grande que tenemos es nuestro espíritu y eso nos basta y nos hace muy felices”, acotó antes de describir la propuesta que desde abril viene liderando a nivel local.
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Al igual que en todas las ciudades de América y Europa, en territorio villamariense Barchiesi como facilitadora comparte de manera gratuita su sapiencia en un evento que el sábado último tuvo lugar en el Centro Vecinal de barrio General Paz y que como único requisito de participación propuso la entrega de una donación voluntaria a los asistentes.
“Nuestra intención es formar una escuela que se rige pedagógicamente por ciclos básicos que cada estudiante va resolviendo a medida que asista a las actividades”, puntualizó la entrevistada.
Vale señalar que los próximos encuentros tendrán lugar los últimos sábados de los próximos meses (octubre y noviembre) en la sede de la entidad vecinalista u otros espacios locales.
“Villa María me ha demostrado que tiene un coeficiente de conciencia bastante más abierto que otros lugares del país. Entender la Metafísica se presenta como una gran oportunidad para aquellos interesados en saber quiénes son y luego proyectarse”, concluyó.