En la plazoleta ubicada en la intersección del bulevar Sarmiento, calle Belgrano y avenida del Libertador hay una placa que recuerda la celebración del “Día Panamericano del Viajante”, que se celebra el primer día de octubre de cada año.
Dicha placa fue colocada en 1953 al cumplir diez años el entonces Centro de Viajantes de Villa María.
Pero hay algo poco conocido: ahí nace la denominación de la avenida del viajante del tramo que media hasta el bulevar Cárcano, pasando frente al Club Almagro, el Monumento al Gaucho, la Gruta de la Virgen de Pompeya, el monumento al General San Martín, el puente Alberdi y el Rosedal Parajón Ortiz.
Ahora, nucleados bajo la sigla de AVVA (Asociación de Viajantes Vendedores de la República Argentina) proyectan que se emplace una escultura alegórica en dicha plazoleta, que se reflote el mojón del kilómetro 0 y se le pedirá a la Municipalidad que ponga los carteles nomencladores de identificación de la avenida.
En un momento de recogimiento durante el acto concretado se rindió homenaje a los colegas fallecidos y se depositó una ofrenda floral.
El próximo domingo concluirán las celebraciones con un almuerzo societario en la sede del centro vecinal del barrio Almirante Brown.
Presentes en la historia
Los comienzos de la profesión se remontan a la edad media, pero las funciones de los viajantes vendedores externos, tal como se los conoce en la actualidad, tienen su origen a partir de la Revolución Industrial.
Desde finales del Siglo XIX comenzaron a agruparse comerciantes y representantes, naciendo en ese momento las primeras organizaciones gremiales de viajantes.
En la actualidad, la actividad profesional que implica el contacto con el cliente sigue más que vigente.