El contingente de voluntarios y veedores de Villa María y Villa Nueva llegó anoche a la localidad jujeña de Libertador San Martín y tenían previsto esta madrugada emprender la marcha rumbo a Tartagal para depositar el segundo cargamento humanitario en manos de las familias castigadas por el alud del pasado 9 de febrero.
La expedición solidaria partió del galpón de Entre Ríos al 1400 de esta ciudad, a las 5.30 de ayer con un cargamento que duplicó al que llevaron el pasado 23 de febrero depositándolo en la Escuela Coronel Uriburu de la castigada localidad salteña.
Dolor y optimismo marcaron el largo viaje al norte del país. Dolor por el padecimiento de los hermanos salteños y optimismo por la carga tan necesaria que será entregada a quienes sufrieron las consecuencias de la naturaleza.
La lluvia se hizo presente durante la travesía. A partir de San Miguel de Tucumán fue marcando el camino de los villamarienses y villanovenses que emprendieron la misión de llevar hasta Tartagal todos los elementos aportados por la comunidad.
Los viajeros, en diálogo con EL DIARIO, reportaron un dato muy positivo. En horas de la mañana cuando pasaron a cargar los 800 bidones de agua, donados por tres empresas, se encontraron con la actitud generosa de los empleados que decidieron aportar 80 bidones más.
El camión de dos pisos (puesto a disposición por la empresa Marchetto) y la combi de la Universidad Nacional recorrieron cientos de kilómetros ayer, mientras a su paso se levantaban las barreras de los peajes para darle pase libre.
“Nos levantaban la barrera cuando le decíamos que veníamos de Villa María y Villa Nueva rumbo a Tartagal”, comentó uno de los integrantes de la comitiva local.
La solidaridad estuvo presente en cada kilómetro recorrido por el contingente compuesto por 21 personas.
Enfermeros, representantes de Defensa Civil, integrantes del Voluntariado Social “Regalo de Vida, los jóvenes solidarios de barrio San Martín, personal de Bomberos, estudiantes de la Universidad Nacional y el Instituto Manuel Belgrano, referentes de la mencionada casa de altos estudios, una paramédica de Cáritas, dos periodistas de EL DIARIO y tres choferes esperaban anoche cumplir con la misión encomendada por las dos Villas solidarias.
Numerosos elementos de primera necesidad cargados en el camión con el afecto de las comunidades ubicadas a orillas del Ctalamochita esperaban ansiosos, anoche, ser depositados en las manos de quienes más que nunca necesitan no ser olvidados.
La segunda parte de la campaña fue más que exitosa. Colchones, medicamentos, agua y cientos de artículos de primera necesidad fueron recolectados en diversos lugares de la ciudad y a través del festival solidario realizado el domingo en la costanera.