Un experto en Economía Social nos encamina, con sus ideas y las acciones alusivas que cumple, a echar una rápida mirada sobre el presente de las cooperativas escolares villamarienses, que funcionan hace muchos años y otras que comienzan a marchar en institutos provinciales de enseñanza media, cuyos perfiles y orientaciones apuntan al trabajo socialmente productivo
Más de 700 alumnos secundarios de Villa María ya disfrutaron del inapreciable beneficio de protagonizar la extraordinaria alternativa pedagógica que significa el cooperativismo escolar.
La cifra aproximada surge de sumar a los estudiantes de cuarto, quinto y sexto año de dos institutos técnicos locales que en cada uno de los últimos 15 años conformaron, en su rol de socios, esa organización que es la cooperativa escolar, dirigida por ellos mismos, con el concurso de sus maestros, con vista a actividades sociales y productivas comunes.
La estimación la formuló durante la entrevista mantenida con el Suplemento Económico de EL DIARIO el docente Marcelo Gustavo Coppari (51 años), experto, inspirador y realizador de dos de las cooperativas escolares que han sobresalido como opciones adecuadas al trabajo socialmente productivo, paradigma al cual adhiere con inocultable fervor.
Coppari, actual vicedirector del IPEM 147 Manuel Anselmo Ocampo, interesó a los cuadros directivos y ayudó a constituir en 1999 y en 2006, respectivamente, las cooperativas escolares Veracoop y Don Abraham, en los institutos provinciales de educación media y técnica números 99 Rosario Vera Peñaloza, de Las Playas, y 56 Abraham Juárez, de barrio San Martín, en Villa María.
Aunque profesor en Ciencias Económicas, su Tecnicatura en Cooperativismo resalta en su trayectoria docente de 27 años. Además, su postítulo en Cooperativismo y la Diplomatura en Economía Social, cuya rúbrica recibirá en noviembre próximo, le empujan a afirmar que en la ciudad y en la provincia, en “todos lados, se está aprendiendo esta práctica asociativa”. Hoy casi todos los docentes “hablan de cooperativismo”, se entusiasma. Y corrobora: “Los postítulos que estamos dictando en Tío Pujio, Almafuerte y Serrano, con el concurso del Ministerio de Educación de la Provincia y la Universidad Nacional de Villa María, convocan a docentes con formación diversa. No sólo económica o técnica; detectamos también el fuerte interés de aquellos orientados a las Ciencias Sociales”.
Docente guía, sostiene que la labor se facilita porque hay una coincidencia absoluta entre los valores formativos de la educación y los valores y principios del cooperativismo, como la solidaridad, la ayuda mutua, el bien común, el compromiso social, la gestión democrática.
Admite que hay que romper esquemas y sortear obstáculos para la formación de cooperativas escolares, pero especialmente de prácticas asociativas, como las mutuales y fundaciones, tanto en las escuelas públicas como en las privadas, poniendo más énfasis en estas últimas, que todavía no han descubierto plenamente lo que significa esta extraordinaria alternativa pedagógica.
Ante la consulta expresa, opina que las cooperativas escolares de Rosario Vera Peñaloza y Abraham Juárez transitan estimulantes momentos de trabajo socialmente productivo, aunque no deben debilitar el fortalecimiento de aquellas acciones que incluyan el pensamiento y la práctica cooperativa.
Héctor Oscar Bernaus
Las fotos
2) Alumnos de sexto año del Abraham Juárez elaboran el yogur, alimento a base de leche fermentada, con el asesoramiento y control de la docente de educación especial
3) El profesor Marcos Fernández y las alumnas Leila Gergis, Tania Balmaceda y Florencia Alves exhiben el envidiable equipamiento productivo del Ipetym Rosario Vera Peñaloza