Pozos y deformaciones del asfalto de todo tipo hay en la esquina de Deán Funes e Independencia. Situación que es motivo de quejas de vecinos del lugar desde hace, por lo menos, cuatro años.
Así lo contó un frentista a EL DIARIO ayer: “Otra vez, como hace un par de años, los llamamos para mostrarles el desastre que son estas calles”, dijo, en primer término.
En realidad, el problema no está en la intersección de las calles, sino al aproximarse. Si transita por Deán Funes, entre el Parque Pereira y la autopista, el hundimiento en la ruta ya deja de ser un riego para la salud de los automóviles para pasar a tornarse peligroso.
El intenso tránsito de camiones por ahí ha dejado huellas, literalmente. Al menos de 10 centímetros es la diferencia en el asfalto entre lo que aún se mantiene a nivel normal y lo que se ha aplastado por las ruedas de los camiones. Un error de cálculo para los vehículos normales puede significar que el paragolpes dé contra una de las canaletas.
En la esquina la situación es alarmante. Además de algunos pozos aislados, hay una depresión en el asfalto que es prácticamente inevitable. “Ayer me dijeron los vecinos que el fin de semana dos autos rompieron el cárter, la parte de abajo del motor, y perdieron aceite, todo por intentar cruzar la esquina”, contó un comerciante de ese sector.
Al momento de calificar el estado del lugar, dijo que “es impresionante”. Y realmente lo es. La esquina parece un hormiguero en horarios pico, por el gran movimiento de vehículos de gran porte que pasan por allí, a los que se suman motos y autos que intentan no quedar atrapados en el intento de llegar al otro lado, en uno de los huecos.
La esquina está destruida y los cordones de las calles también, lo que obliga a los conductores a modificar el ángulo de giro. Y, como si fuera poco, hay otro elemento que le suma riesgo al lugar, y es la gran cantidad de piedras y arenilla que hay desparramada en toda la superficie, generando “patinadas” a aquellos que no llegan con su auto a paso de hombre y tienen que frenar ahí.
Uno de los vecinos contó que las quejas por esta situación hacia la Municipalidad son constantes y de larga data. “Los reclamos solemos hacerlos aislados, llamamos a Seguridad Ciudadana cuando los pozos se agrandan y ya es imposible ver cómo está la esquina, porque puede haber consecuencias gravísimas”, relató.
Según explicaron, la respuesta del municipio es insuficiente: “Vienen, cada tanto, a arreglar. O, en realidad, a intentar arreglar. Porque lo único que hacen es tapar lo que más pueden con tierra, cosa que por supuesto no dura nada”.
¿Seguir esperando la circunvalación?
Hace más de dos años y medio este medio publicó una nota dando cuenta de esta misma situación y por ello es sencillo constatar que el estado ha empeorado.
En ese momento (febrero de 2012), la Municipalidad de Villa María envió un comunicado asegurando que estaba trabajando en el arreglo de dicha esquina.
Pero, en realidad, desde la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Urbano sostuvieron que la solución definitiva a ese problema la iba a dar la implementación del anillo de circunvalación que evitaría el paso de los camiones.
Los vecinos, casi tres años después, siguen esperando por esa obra, ya “proyectada y licitada a la empresa Roggio y que será financiada por la Dirección Nacional de Vialidad”, habían informado por entonces.
Fotografías: 1) Las “canaletas” formadas por el hundimiento en el asfalto debido al paso de los camiones
2 Pozos, de gran profundidad, amenazan los vehículos que por ahí transitan